“Con una soberbia absoluta, cuando termina todo me dice: ‘Tu mujer tuvo unos ovarios bárbaros’. También me contó que estaba en la cárcel, trabajando en red”. Así recordó el secuestro virtual que sufrió en las últimas horas el empresario Fernando Marín, quien durante cuatro horas estuvo comunicado con el supuesto captor de su hijo.
La modalidad no es nueva, pero evidentemente sigue siendo difícil de controlar. Según reveló a PERFIL una fuente del Servicio Penitenciario Federal (SPF), el secuestro de celulares en los penales creció considerablemente en los últimos tiempos.
Por mes, suelen incautarse entre 300 y 400 aparatos. Con ellos se sospecha que se realizan muchos de los secuestros virtuales.
En abril pasado, en dos penales de Córdoba se abrió una investigación a dos presos que realizaban llamadas extorsivas desde el interior de su celda. También fueron detenidas otras dos personas que se encargaban de realizar el cobro del rescate. Hace dos meses, la ex modelo y conductora Mora Furtado también fue víctima de esta modalidad. Pagó el rescate y poco después comprobó que su hijo dormía tranquilo en su casa.
Sin control. Hace tres años se descubrió que un grupo de internos alojados en el penal Devoto había realizado al menos nueve secuestros virtuales. ¿Cómo operaban? Usaban las instalaciones del Centro Universitario para hacer la logística y recopilar información de la víctima. Localizaban las propiedades a través de Google Maps y los vínculos familiares por Facebook. En la actualidad, poco cambió este panorama.
“Se sacan entre 300 y 400 teléfonos celulares por mes del penal de Devoto”, alertó una fuente penitenciaria. El dato representa un mínimo de 3.600 aparatos móviles por año que ingresan al penal de manera ilegal, en una población carcelaria de casi 1.700 internos.
“En la última semana se encontraron diez”, describieron las fuentes consultadas. Como medida preventiva se incrementaron las requisas. Ahora no se reducen a una vez al mes, duran más horas, son sorpresivas y se profundizan en los pabellones “críticos”.
Devoto lideraría el ranking de presos con celulares. “En los otros penales no hay tantos porque las celdas son unipersonales. En Devoto hay 80 presos por pabellón, entonces ahí es más fácil que circulen los celulares”, cuentan fuentes penitenciarias.
“Tenemos a tu familiar”; “Colaborá si no querés que muera”; “No cortes”; “No llames a la policía”. Los secuestros virtuales se caracterizan por una inteligencia previa del círculo familiar de la víctima; los delincuentes dan algunos datos precisos para simular una situación real, hablan rápido, no dejan pensar ni cortar el teléfono. Una vez depositado el dinero se devela el secreto y termina el sufrimiento: la historia del secuestro era parte de un guión de ficción