En la localidad balnearia de Santa Teresita, un hombre sacó del mar a un delfín bebé de la especie franciscana -también llamado delfín del Plata (Pontoporia blainvillei)- con el objetivo de tomarse una fotografía con el ejemplar.
Con desconocimiento absoluto acerca de las nocivas consecuencias que este accionar podría provocar en el animal, decenas de personas se acercaron al lugar para tocarlo y fotografiarse con él.
El turista que tuvo la iniciativa y sus acompañantes tomaron conciencia de la situación cuando dieron cuenta que el delfín, un cetáceo de las costas del océano Atlántico que puede vivir indistintamente en aguas dulces o saladas, había perdido la vida.
Otra persona que presenció el hecho tomó la decisión de retratar el momento para trasladar un mensaje de conciencia sobre la preservación de esta especie, que tiene una expectativa de vida de 20 años, en su hábitat natural.
Estos cetáceos suelen morir por ataques de orcas o tiburones pero, esta vez, una gran falla humana desencadenó en un triste final.