SOCIEDAD
por influencia de redes y tv

La mitad de chicos admite comprar comida ‘chatarra’

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Hábitos. El informe de Unicef revela obesidad en menores. | shutterstock

Uno de cada dos chicos y chicas reconoce haber comprado un alimento poco saludable porque lo vio en una publicidad en los últimos tres meses, según revela una reciente investigación de Unicef sobre la exposición de niños, niñas y adolescentes al marketing digital de alimentos y bebidas en Argentina, que se encuentra en el primer puesto de la región en sobrepeso en menores de 5 años. La obesidad creció de manera tan alarmante en América Latina que hoy es considerada una epidemia, dice el informe.

La prevención de la obesidad en la infancia es crucial porque es la etapa en donde se construyen los hábitos que continúan en la edad adulta y donde los chicos y chicas son más vulnerables a la influencia de los mensajes del entorno.

El promedio de edad en que los menores adquieren su primer dispositivo con acceso a Internet en el país es a los 9 años, sostiene el informe. Ocho de cada diez dicen ver publicidades con mucha frecuencia cuando navegan en sus redes sociales preferidas (81% YouTube, 48% Instagram, 47% Tik Tok); y uno de cada cuatro (28%) recuerda haber visto publicidades sobre alimentos y bebidas.

“El incremento en los niveles de obesidad se debe fundamentalmente a cambios en el patrón alimentario de la población, que ha pasado de consumir alimentos naturales y comidas caseras a desplazarlos por productos procesados y ultraprocesados -que son envasados listos para consumir- y bebidas azucaradas. Esta conducta, en muchos casos, responde a la influencia de estímulos que alientan el consumo de productos que tienen exceso de azúcar, grasas y sal añadidos, con escaso valor nutricional”, explicó Fernando Zingman, especialista en Salud de Unicef Argentina.

Según el estudio, en el 70% de las publicidades se muestra el producto que se quiere vender. En el caso de los productos alimenticios, la mitad es alto en azúcares y 4 de cada 10 son altos en grasas saturadas y/o grasas totales.  Ninguno de ellos estaría permitido si se aplicaran los criterios del perfil nutricional de la OPS por ser altos en algún nutriente crítico, como azúcar, grasas o sal.