Sonia es una de las 120 personas que ocupa desde hace una semana el predio de Bajo Flores, a pesar de la orden de desalojo dispuesta por el juez federal de Quilmes Luis Armella.
Se quedó sin trabajo hace seis años y desde entonces se mudó a la villa 1.11.14, una de las más peligrosas de la ciudad. Ahí vive en dos pequeños cuartos con sus 16 hijos, la mayoría de ellos adoptados.
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Vive de lo que consigue de la venta ambulante en plazas y su sueño es tener un techo propio.