Los carriles exclusivos del Metrobús de la 9 de Julio eliminaron el tráfico de colectivos de las calles interiores del Microcentro, que quedaron reservadas sólo para bicicletas, peatones y autos. Casi no se escuchan bocinas y hay quienes aseguran que el aire se siente más limpio.
Pero no todo el mundo está contento. En las calles donde, durante la hora de regreso a casa, se formaban largas colas junto a las paradas de los colectivos, ahora se ven negocios cerrados, poca luz y casi ningún vehículo. En las paralelas a la avenida, en donde antes circulaban las líneas 9, 10, 17, 45, 70 y 91, entre otras, los comerciantes se quejan de que la nueva modalidad los hizo perder clientela.
Federico Trunfetti, empleado de un maxikiosco de Corrientes y Maipú, asegura que ya se nota la falta de gente en la calle. “Maipú está muerta. Acá frente al kiosco teníamos cuatro paradas de colectivos que iban hacia Constitución y era habitual que antes de subir compraran algo para comer o tomar. Ayer notamos una caída en las ventas de casi 30% respecto a días anteriores.”
Irene Valenzuela tomaba el colectivo en la puerta de su trabajo, en Diagonal Sur y Moreno, para ir hasta Constitución y de ahí tomar el tren para llegar hasta Adrogué. “Tardo menos de 10 minutos en llegar a Constitución, pero caminar hasta 9 de Julio, tanto por Alsina o por Moreno, se torna peligroso. Las calles están vacías y hay muy poca gente”, advierte preocupada.
Por su parte, Oscar Mencica, dueño de un puesto de diarios de Piedras al 200, afirma que todavía no cuantificó la caída de su ventas, pero está seguro de sentir en su caja el cambio de recorrido de las cinco líneas que paraban a 20 metros del kiosco. “Perdí los clientes que venían en colectivo, las estaciones donde paran ahora (Venezuela, Belgrano, o B. Mitre y Perón), quedaron lejos y es difícil que vengan hasta acá.” Se lamentó Mencica ante la consulta de PERFIL.