Cuando el 28 de septiembre del año pasado Adelfa y Reinaldo contrajeron matrimonio en un Registro Civil de la provincia de Santa Fe, más de uno dudó. Es que la pareja, que tras la boda viajó a Río para una romántica luna de miel, no podía ser más despareja: ella tenía 82 años, él, sólo 24.
Cuando 28 días después del casamiento Adelfa pasó a mejor vida, los escépticos vieron sus dudas materializadas. Reinaldo heredó la pequeña fortuna de su esposa y se hizo acreedor de una pensión de 2900 pesos por mes, de por vida.
La confirmación, sin embargo, llegó recién el domingo pasado, cuando en el programa de Chiche Gelblung -con extensiones en el pelo y colágeno en los labios- Reinaldo confesó su homosexualidad. Dijo que se había enamorado de su amigo Cristian, quien lo había “acompañado en los momentos más difíciles”.
A exactamente un año del día en que su casamiento con Adelfa lo había transformado en un figura pública, Reinaldo anunciaba que era gay a quien quisiera escucharlo y hasta, sin tapujos, reconocía que el dinero que le había dejado su esposa era suficiente como para “rascarse de por vida”.
Así, lo que en algún momento había sido una historia de amor sin fronteras de edad se convertía en un engaño más, de esos de los que la historia está llena.
Gina y Javier. Quizás uno de los casos más resonantes haya sido el de la actriz italiana Gina Lollobrigida, de 79 años, y el empresario inmobiliario español, Javier Rigau, 34 años menor.
Algunos meses después de hacer pública su relación amorosa, la pareja anunció que se casaría en Roma en enero del 2007. Dijeron que mantenían un affaire secreto desde hace más de 20 años y que, aunque en un principio “era sólo pasión”, con los años vino el amor.
Sin embargo, a dos meses de la fecha prevista para la boda, Rigau emitió un comunicado en el que cancelaba su compromiso con la actriz italiana aduciendo que la continua presión de los medios había sido imposible de soportar.
" Ante las constantes e inveraces intromisiones ilegítimas en el honor e intimidad que ha venido sufriendo de forma continua (...), ponemos en su conocimiento que el señor Rigau ha cancelado su compromiso matrimonial", decía el comunicado que llegó a los medios.
Con los meses, se supo que el empresario ya se había beneficiado en el pasado de una relación con una mujer bastante mayor que él. Su matrimonio con Montserrat Corrons, una mujer de más de 80 años a la que conoció cuando él tenía 28, le había dejado como herencia una multimillonaria mansión.
La duquesa de Alba y Alfonso. Otro de los casos famosos es el de Cayetana Fitz James Stuart, quien con 82 años es la mujer con más títulos nobiliarios en el mundo. Personaje indiscutido de la nobleza española, la duquesa se había enamorado de un hombre 25 años menor, el funcionario estatal Alfonso Diez, con quien tenía planeado casarse.
Sin embargo, según reveló la revista Hola, fue un llamado del mismísimo rey Juan Carlos el que la convenció de suspender la boda. Ya sus propios hijos, preocupados respecto de las intenciones del novio, habían rechazado la unión.
"La llamada de don Juan Carlos se produjo a título de amigo y no como jefe del Estado" pero que fue decisiva para convencerla de que no se case, publicó Hola.