La maternidad convoca imágenes asociadas con el cuidado y el apego hacia los hijos, pero existen otros rostros muy distintos, como el caso de mujeres que abandonan a sus recién nacidos. En los escenarios más dramáticos llegan al infanticidio, directa o indirectamente al quedar expuestos en situación de abandono.
La realidad es que el nacimiento de un hijo es un hecho significativo que no puede ser visto como un factor precipitante común en la vida de una mujer. Después del parto pueden desencadenarse cuadros de depresión puerperal leves o agudos y también psicosis puerperales.
Si bien cada caso es diferente, suelen ser historias de vida con condiciones de mucha vulnerabilidad, poco sostén afectivo y social y que no están en condiciones de afrontar el embarazo.
A veces son embarazos casuales que ocultan o niegan por temor a ser echadas de su hogar o bajo la amenaza de perder el trabajo o una relación afectiva, o son producto de violaciones o relaciones incestuosas. Debido al aislamiento social y a la falta de apoyo para resolver el conflicto que tienen con el embarazo en curso, el abandono del bebé se constituye en una solución extrema.
Son hechos que generan a nivel social rechazo y prejuicios, ya que se asocia la capacidad de ser madre con algo natural e instintivo, pero la realidad es que una maternidad no siempre es algo deseado y esperado en todas las circunstancias
*Psicóloga miembro de APA. Autora de Deseo de Hijo. Pasión de hijo.