“Increíble, termina todo”, escribe Jorge López Menéndez, desde Nigeria. Habla con PERFIL por WhatsApp, nervioso, a punto de salir a buscar a su hermano, Santiago, el joven ingeniero agrónomo que el miércoles pasado había sido secuestrado por un grupo de personas armadas, mientras se encontraba trabajando en el campo. Ayer, finalmente, cerca de las once de la noche (de Africa) les llegó la noticia más esperada: Santiago estaba bien y era liberado.
Con poca señal, Jorge relató los tres llamados que mantuvo con su hermano antes del pago del rescate, por una cifra que no trascendió. “Está bien, tranquilo, por fin termina este sufrimiento”, sostuvo en diálogo con este diario poco antes de ir a buscarlo. Junto a él se encontraban Alejandra “Alita” Perkins, novia de Santiago, con quien vive en Nigeria, y el embajador argentino en ese país, Gustavo Dzugala y el cónsul Leandro Ragone, quienes acompañaron a los jóvenes desde el primer momento, junto a los negociadores de la empresa Flour Mills, donde trabaja Santiago.
Manuela López Menéndez, hermana de Santiago, sostuvo en declaraciones al canal de noticias TN que el joven “nunca corrió riesgo”, y que lo encontraron “muy bien, de muy buen ánimo”.
Acerca del futuro inmediato de su hermano, sostuvo que seguramente este hecho le cambiaría los planes, ya que en principio tenía pensado quedarse al menos un año más viviendo en Nigeria.
Cautivo. Santiago es ingeniero agrónomo y desde hace más de un año vive en Nigeria, como lo hacen varios argentinos que son requeridos en países africanos por su know how. Como todos los días, el miércoles fue a trabajar al campo, a unos 300 kilómetros de Abuja, la capital del país africano, donde se desempeña como asesor técnico de la empresa Flour Mills, cuando fue sorprendido por cuatro hombres armados que llegaron en motos y lo interceptaron.
“¡No queremos lastimar a nadie! ¡No queremos matar a nadie!”, decían los secuestradores al momento de llevárselo, según relataron testigos que presenciaron el hecho. Se lo llevaron en su camioneta y desde entonces comenzaron con las negociaciones que culminaron ayer. Quienes lo secuestraron habrían sido un grupo de nómades, a los que se conoce como fulani.
“Sentimos un gran apoyo de mucha gente”, decía ayer Jorge, agradecido. Junto a él también estaba Emiliano Mreu, argentino que vive en Sierra Leona, donde tanto él (que también es ingeniero agrónomo) como Santiago planeaban trasladarse por un proyecto laboral.