Jazmín, cerveza, queso roquefort, mate cocido con tres de azúcar, y manzana con perejil. Parece una mezcla extraña, sin orden alguno, puestas según el capricho de algún escritor. Pero no. Se trata de algunos (sólo de algunos) gustos de helados que varias heladerías artesanales ofrecen entre sus variedades... ¿Exóticas? O locas. Sobre gustos...
Perfil.com recorrió heladerías artesanales de Buenos Aires (vea el video). Como la heladería JauJa, originaria de El Bolsón, en la Patagonia, que vino a despabilar a los porteños acostumbrados al dulce de leche granizado y a la frutilla al agua. Tiene helados de mate cocido con tres de azúcar, de cerveza y algunas cremas picantes por su toque de jengibre, aunque suene extraño.
Por su origen, la heladería ubicada en Cerviño 3901, en el barrio de Palermo, tiene también un sinfín de gustos con frutos exóticos, que en la Ciudad de Buenos Aires no se encuentran ni por casualidad, como cassis, saúco, boysenberry, corinto, y limsau (maceración de flores de saúco con limón).
Otras heladerías, aunque de origen porteño, también empezaron a jugar con los gustos. Como la boutique Lucca, en Rómulo Naón 2701, en el barrio de Coghlan, que ofrece helados de jazmín, de crema de calabaza y naranja, de sangría de frutos rojos, de melón con vino, de chocolate con aceto balsámico, y de una crema hecha con leche de cabra, que incluye castañas de cajú y maderitas confitadas (extraídas de un árbol misionero y bañadas en miel).
Por último, Perfil.com visitó la tradicional heladería artesanal Furchi, instalada en Cabildo 1508, en el barrio porteño de Belgrano, desde 1959. Allí mismo se cocinan los helados de cada día, y se van creando sobre la marcha algunos gustos poco comunes, de acuerdo a la ocurrencia de su dueño, pero también a pedido de sus clientes más fieles.
Tiene helado de higo con roquefort, de manzana con perejil, queso con dulce de batata y uno llamado “África violeta”, que está hecho de café, vainilla, chocolate y frutos del bosque. La incorporación más reciente es “Moreno ardiente”, basado en un trago típico de Colombia, país que Mercurio Furchi visitó hace poco. Está hecho de piña, coco, crema, licor de café y brandy.
Un producto típico de Furchi es también el pan dulce helado, creado para las Fiestas de fin de año, en honor al escritor Marco Denevi, quien fue un apasionado del helado de esta heladería. “El nos sugirió que hiciéramos pan dulce helado, y lo hicimos”, cuenta el mismo Furchi.
“Carcadomo”, “Amerisqueta”, “Lemongibre”, “Vainicabra”, “Manzana Crumble”... La lista de helados “raros” es larga. Y no sólo se consiguen en heladerías de barrio, sino que son todos artesanales, sin esencias ni conservantes.
(*) De la redacción de Perfil.com