Pijama a bordo: Nobel de Economia, cómodo en clase business. Cuando Joseph Stiglitz recibió el Premio Nobel de Economía en 2001, quienes quisieron conocer aspectos de la personalidad del economista estadounidense más allá de su producción académica se sorprendieron al enterarse de que su profundidad analítica se mezclaba con un gran sentido del humor y con cierta pasión por actividades como la navegación y los deportes. El hombre apareció enseguida como un economista atípico, alejado de formalismos y poses acartonadas. Corroboraron esa imagen quienes compartieron el vuelo desde Nueva York que Stiglitz tomó el lunes último para viajar a Buenos Aires, donde brindó una conferencia sobre finanzas internacionales en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA. El Nobel –de impecable traje– ocupó junto a su mujer dos asientos en clase Business. Luego de un par de horas de vuelo, encaró uno de los baños. Emergió minutos después, pero ya no lucía el mismo atuendo: el hombre había reemplazado el ambo por un pijama de invierno. Con el nuevo uniforme, se apoltronó cómodamente en su lugar, y entonces disfrutó del viaje con un profundo sueño. Antes de que el avión aterrizara, volvió a ponerse el traje.
Jura y batalla. Entre el temor a la obsecuencia explícita y la falta de creatividad, el macrismo perdió la batalla simbólica en la jura de los comuneros donde asumieron también los 150 nuevos funcionarios electos en los comicios que dieron a Macri la reelección. Había muchos referentes del PRO, como Cristian Ritondo, y Oscar Moscariello –fue quien tomó juramento–, algunos hombres del kirchnerismo como Francisco “Tito” Nenna –su hijo fue electo comunero–, Juan Cabandié, Gabriel Fucks y también Carlos Corach –su hijo Maxi también asumía–. La cuestión fue que, a la hora de jurar, casi todos los kirchneristas decidieron hacerlo “por la memoria de Néstor Kirchner”, “por Cristina”, “por los desaparecidos”, “por los derechos humanos”. Hubo un socialista que no quiso ser menos y juró “por la memoria de Alfredo Palacios”. Los macristas tuvieron dificultades a la hora de invocar algún prócer y se limitaron al tradicional “por Dios, la Patria y los Santos Evangelios”.
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Honestidad brutal. Antes del acto de reasunción del viernes (ver fotos), la juventud PRO organizó una cena donde Mauricio Macri volvió a hacer gala de cierto desprejuicio oratorio. Cuando le llegó el turno de hablar, tomó el micrófono para decir que antes debía resolver un asunto impostergable. El jefe de Gobierno porteño dejó su lugar en la mesa y encaró el baño sin ruborizarse. Volvió minutos después con el argumento de que él también es humano y, de buen humor, completó su discurso para la juventud de su partido con tono socarrón: “Hay dos líneas internas: la trabajadora, de Ezequiel Fernández Langan, y la farandulesca, de Fernando De Andreis”, bromeó Macri con respecto a la relación entre el flamante jefe de bloque PRO en la Legislatura y Sofía Zámolo. El convite se trataba de una cena organizada por los jóvenes PRO que, en virtud de recaudar fondos, plantearon una convocatoria con entradas a diferentes precios. Los dirigentes pagaron sólo el costo del cubierto ($ 110) y a los funcionarios, renunciaran o no, se les quitó el subsidio y tuvieron que desembolsar $ 250 per cápita para acceder a un plato de fiambres y rabas, bondiola con salsa agridulce y una copa helada. Gran respuesta hubo en el gabinete –sólo Diego Santilli y Néstor Grindetti estuvieron ausentes– como también entre diputados, legisladores y otros dirigentes que asomaron por el restó.
Destino Miami. Muchos argentinos eligieron Miami para aprovechar el último fin de semana largo del año. Entre ellos se vio a Jorge Pereyra de Olazábal, que asistió allí a una cena organizada por Jeff Bush.
Festejo tailandés. Guillermo Vilas ya no tiene aquel drive implacable de la década del ‘70. Es por eso que ahora, cada vez que sorprende, lo hace fuera de los courts. Como hizo días atrás, cuando asomó junto a su joven mujer, Phiangphathu Khumueang, por la puerta de la residencia del embajador de Tailandia, Medha Promthep, que invitaba a celebrar el 84° aniversario del natalicio del rey Bhumibol Adulyadej. “¿Donde está Willy?”, preguntaban ávidos de conseguir una foto con Vilas algunos embajadores que suelen jugar al tenis periódicamente. No así la estadounidense Vilma Socorro Martínez, que al juzgar por sus gestos no sólo no conocía a Vilas sino que tampoco había siquiera escuchado hablar de sus compatriotas John McEnroe y Jimmy Connors. Sí, en cambio, se mostró intrigada por conocer cuáles serían los cambios de gabinete dispuestos por CFK. Mientras disfrutaban del soleado jardín y de un soberbio catering, de eso mismo conversaban embajadores y diplomáticos de distintas partes del mundo, como Patricio Ann Holmes (Australia), Dao Nguyen Van (Vietnam), Naela Chohan (Pakistán), Mammad Ahmadzada (Azerbaiján) Carlos Villalobos (Costa Rica) y Thomas Antoine (Bélgica). El representante de Grecia, Michael Christides, en cambio, pedía la receta para salir de la crisis económica aunque ninguno de los funcionarios de Cancillería presentes, como Eduardo Sadous, Miguel Angel Espeche Gil, Luis Susman (subdirector de Asia y Oceanía) y Alberto Trueba (Dirección de Ceremonial), entre otros, no sabían qué responder. Alejados de estos grupos y sin cruzar miradas entre ellos, también se los vio a los embajadores de Japón y Emiratos Arabes, que tenían organizados eventos para el día siguiente.
Cóctel a la mexicana. Que Carlos Slim es un hombre astuto no es ningún descubrimiento. Pero una anécdota que se escuchó en un interesante cóctel de fin de año que organizó la Embajada de México en Buenos Aires ilustra lo que es capaz de hacer el magnate azteca cuando una idea se le pone entre ceja y ceja. Resulta que hace algunos años, el empresario más rico del mundo quiso comprar la cadena Starbucks. Hizo una oferta que creyó irresistible, pero no tuvo éxito. Herido en su orgullo, Slim dobló la apuesta: convocó a un grupo de egresados de carreras empresariales de las mejores universidades del mundo y les hizo una propuesta audaz: “El año que viene, ustedes van a ganar muchísimo dinero, pero ahora se me van todos a trabajar de lavacopas, de mozo, de lo que sea, a distintos locales de Starbucks en Estados Unidos, y se fijan cómo es el asunto”. Un año después, con el know how bien estudiado por sus nuevos empleados, Slim abrió la cadena Coffee Store. La historia despertó risas de admiración entre los presentes en la sede diplomática mexicana en el mediodía porteño. Entre nachos y algunos bocaditos picantes, el embajador Francisco del Río comentó el buen presente de la relación comercial entre México y Argentina –se escucharon muchos elogios hacia la embajadora Patricia Vaca Narvaja– y el estrecho vínculo cultural: él mismo puede dar fe de eso, ya que días antes había asistido al estadio de Vélez para ver al grupo Maná junto a otras 40 mil personas. Quien acompañó en ese viaje a Liniers al dueño de casa fue el consejero Alfonso Nieto, quien el martes presentó además su libro México y Argentina. Dos países unidos por la Cultura. Nieto comentaba además que acababa de enterarse de que desde febrero estará destacado en la embajada mexicana en Panamá.
La paz armada. Después de las últimas elecciones en el partido de San Miguel, Joaquín de La Torre y Aldo Rico llegaron a un acuerdo para que sus espacios se complementaran. Firmada la paz, todo parecía volver a la normalidad. Pero el acuerdo comenzó a resquebrajarse en los últimos días. Para sorpresa del gobierno municipal y del propio Rico, su hija, la ex diputada nacional María del Carmen “Manola” Rico consiguió los votos para ser nombrada presidenta del Consejo Escolar, contra los acuerdos mencionados. Algunos dirigentes locales ya ven esta movida como el inicio del retiro del ex líder carapintada y el comienzo de la pelea de su heredera por la intendencia. Quienes frecuentan a De La Torre aseguran que el hombre quedó muy disgustado por la movida. Es que se sabe que el kirchnerismo nunca tuvo gran feeling con De La Torre, pero que en octubre no tuvo otra opción que darle la lista oficial. Así las cosas, en San Miguel ya comenzó a especularse con un armado alternativo encabezado por Manola Rico, quien siempre tuvo una buena relación con la Casa Rosada desde sus años en la Cámara baja.
La mesa está servida. El feriado con puente acortó la semana pero no logró mancar el espíritu de la clásica tenida peronista que de un coqueto restó en Recoleta se mudó hace algunas semanas al Club Francés. Con el mismo menú de siempre, se ubicó el elenco estable alrededor de la larga mesa para esta vez debatir sobre revisionismo histórico. “Bienvenido el instituto de Pacho, porque invita a repasar la historia argentina, estemos o no de acuerdo con él”, dispararon voces que guardan alguna incompatibilidad con el escritor.
Visita benéfica. La duquesa de Wurttemberg estuvo pocos días en Buenos Aires pero tuvo una perfecta vista panorámica de Buenos Aires. Es que en su fugaz visita por la ciudad, fue agasajada con un almuerzo en la estupenda terraza que tiene Alejandro Cordero en un piso 22 de la avenida Libertador. La dama, nacida princesa Diane de Francia, disfrutó también de una cena organizada por Teresa Aguirre Lanari de Bulgheroni. Estuvo en Buenos Aires de paso hacia Asunción del Paraguay, donde funciona su fundación, que se ocupa de la educación de más de cien chicos de bajos recursos. La duquesa es una notable artista plástica y con lo recaudado en la venta de sus obras financia su obra en el país vecino.
Escuela dirigencial. Agenda más que cargada tuvo Juan Manuel Urtubey previo al feriado y la reasunción de CFK. El gobernador dio un guiño al desembarco en Salta de la Asociación Civil de Estudios Populares –una asociación que promueve el afianzamiento de las instituciones y la formación de dirigentes con anclaje político en el peronismo– y le costó buena parte de su tiempo. En el marco de las actividades, hubo visitas al Foro de Intendentes de la provincia y al Tribunal Electoral de la provincia, un desayuno de trabajo con el alcalde de Salta capital, Miguel Isa; y el evento de presentación institucional de la ACEP, que se desarrolló en la Casa de la Cultura local, con buena parte del gabinete. Urtubey se sumó al seminario Propuestas y reflexiones para pensar la Argentina, donde compartió estrado con el representante de la Fundación Konrad Adenauer en Argentina, Bernd Lohmann, el empresario salteño Juan Collado (los cuatro estan en las fotos adjuntas) y Carlos Fara. El gobernador destacó la iniciativa del voto electrónico en las pasadas elecciones y Fara efectuó una disertación sobre la coyuntura política en la que hizo referencia a que 16 de las 24 provincias quedaron en manos de gobernadores que no lo eran en 2007. Más tarde, hubo una comida en la casa del empresario Juan Collado, en San Lorenzo, a 200 metros de la residencia del ex gobernador Juan Carlos Romero y Urtubey departió allí sobre la renovación política en su gabinete ante atentos contertulios como el propio Fara, el director de ACEP Salta, Jorge Coraita; el futuro del secretario de Planeamiento Estratégico de la provincia, Guillermo López Mirau y el futuro director de la agencia ProSalta, Gonzalo Quilodran, todos sub 40.
Arte, arte, arte. Ezequiel Esquenazi visitó a Luis Benedit en su casa el pasado verano y el artista manifestó su interés de exhibir los diseños de muebles y cuchillos que había realizado en su larga trayectoria de arquitecto y artista plástico. El último abril falleció Benedit y la Fundación YPF continuó con la organización de la expo que por estos días se realiza en la torre que diseñara el arquitecto César Pelli. La muestra se inauguró el martes pasado y prevén que será un éxito durante todo el verano. Alberto Petrina fue uno de los que la visitó y junto a Ronald Shakespear, figura del diseño argentino, admiraban las creaciones de su colega. Aldo Sessa con su mujer pasaron por el lugar y admiraron las lámparas que creó Benedit para el Fondo Nacional de las Artes. Mucho se festejó en el lugar la noticia de que está en marcha la selección de artistas de la provincia de Buenos Aires para completar el federal programa de la Fundación YPF que se titula ¡Qué bien pinta la Argentina!
