A partir del 1 de julio, la marihuana será lo único que podrá fumarse en público en Holanda, porque el Gobierno de ese país prohibió el consumo de tabaco en lugares públicos, informó la agencia Bloomberg.
Así, los Países Bajos se sumarán a los otros europeos que establecieron restricciones totales o parciales sobre el tabaco: Irlanda (el pionero, en 2004), Suecia, Italia, Malta, Francia, Bélgica, Finlandia, Lituania, Portugal e Inglaterra, entre otros.
Sin embargo, nadie lo festeja: los consumidores locales de marihuana, que suelen mezclarla con tabaco al preparar sus cigarrillos, y los dueños de los bares en dónde podrán fumarlos tendrán que cambiar sus hábitos. Fumar tabaco puede costarles a las cafeterías 300 euros por la primera vez que ocurra y 2.400 en la cuarta incidencia.
Los propietarios de algunos de los 720 locales del país que atienden a fumadores de marihuana dicen que la prohibición de tabaco los perjudica, ya que perderán clientes y, como consecuencia, caerán las ventas de bebidas, alimentos, y papel de armar.
Para poder consumir tabaco, los establecimientos tendrán que construir salones separados, sin personal que atienda a los clientes, y muchos dicen que no tienen ni el espacio ni el dinero para hacerlo. Otros están invirtiendo en pipas de agua y vaporizadores de 400 dólares (creados para ayudar a personas con problemas de pulmón a inhalar medicinas) para poder fumar marihuana sola sin que dañe la garganta.
El Gobierno, por su parte, duplicó a 200 el número de inspectores de alimentos y de productos a los consumidores, que harán visitas sorpresa a bares, restaurantes, cafés y cafeterías, dijo el vocero de la Autoridad de Seguridad Alimentaria y de Productos para los Consumidores, quien también explicó que no hay parámetros para distinguir un cigarrillo de marihuana sola y uno que también contiene tabaco.
Holanda despenalizó el consumo de cannabis en 1976; no pudieron legalizarla por completo gracias a que se lo impidieron tratados internacionales. Cuatro años antes abrió sus puertas Mellow Yellow, la primera cafetería del país de este tipo, aún abierta.
En la última década, el número de este tipo de locales cayó un 39 por ciento, porque las autoridades combatieron la venta a menores y clausuraron locales infractores. La marihuana no es un negocio menor aquí: en 2001, su venta totalizó 1.200 millones de euros (5.644 millones de pesos), según los últimos datos de la oficina de estadísticas del país.