Hace un año, las calles de Obligado perdieron la calma que caracteriza a un paraje de 200 habitantes. La valorización de las tierras que provocó la decisión de Cristina Fernández de Kirchner de conmemorar el Día de la Soberanía para reivindicar la batalla de la Vuelta de Obligado despabiló al pueblo en el que se emplaza el monumento que la mandataria inauguró el año pasado y que ayer visitó por segunda vez.
En esta localidad, ubicada a veinte kilómetros de San Pedro, la Fundación Obligado enfrenta a tres vecinos que, apoyados por Raúl Castells y con el guiño del kirchnerismo, intentan quedarse con más de 50 mil metros cuadrados de tierras pertenencientes a la fundación y que tienen un valor estimado de US$ 1.109.500.
De acuerdo a Hugo Alejandro Eckhardt, apoderado de la Fundación, “Jorge Reingruber, Jorge Villar y Carlos Salomón intentan involucrar a Cristina en un escándalo de fraude”. Sucede que el año pasado, días antes de la primera visita de la Presidenta, la Legislatura bonaerense aprobó un proyecto presentado por el legislador del Frente para la Victoria Ricardo Gorostiza, votado en medio de una batería de más de cincuenta proyectos.