Los trabajadores de los subterráneos de Buenos Aires suspendieron ayer el paro de 24 horas que amenazaba con paralizar el servicio durante toda la jornada. Pero ayer por la tarde, la posibilidad de que el grave enfrentamiento entre Metrovías y los delegados de los trabajadores pueda encontrar al fin una solución pareció lejano.
"Hemos suspendido la medida por 48 horas para abrir una instancia de diálogo" con la empresa Metrovías, había anunciado el delegado Roberto Pianelli poco antes de las 3 de ayer. El mismo Pianelli reveló que el personal en conflicto había aceptado la propuesta de tregua del defensor del pueblo de la Nación, Eduardo Mondino.
Sin embargo en horas de la tarde, los trabajadores del subte condicionaron el diálogo con Metrovías en la Defensoría del Pueblo, a la reincorporación del delegado Néstor Segovia, que afronta un proceso de desafuero gremial que puede determinar su despido. "Segovia es innegociable, si no está adentro de la empresa la mesa de diálogo no tiene razón de ser", advirtió Ariel Rochetti, delegado de los talleres de la Línea B, en declaraciones a DyN.
El referente gremial anticipó que la "desmilitarización" de los talleres, cuyas condiciones de trabajo consideró "peores que en la dictadura", y el levantamiento de las suspensiones a 30 empleados, eran otras condiciones imprescindibles para que "el paro no se ratifique después de las 48 horas de tregua que acordamos con Mondino". Con ese panorama a la vista, y con la postura también de dureza de Metrovías, no parece sencilla la tarea negociadora que hoy Mondino (y el ministro Tomada que ayer anunció su apresurado regreso desde Estados Unidos) tendrá por delante.
Ayer por la mañana otra de las delegadas, Karina Nicoletta, de la línea A, informó que la propuesta de Mondino había sido aprobada en asambleas. Como resultado de esta decisión gremial, el servicio de subterráneos, que transporta diariamente casi un millón de pasajeros por día, fue normal.
Nicoletta aclaró que la mesa de diálogo fue aceptada por el personal de Metrovías con la expectativa de que la empresa retrotraiga la situación al inicio del conflicto, es decir, que deje sin efecto apercibimientos y suspensiones aplicadas a algunos trabajadores y, especialmente, el despido del delegado Segovia.
El anuncio se produjo pocas horas después de que el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, exhortara a los trabajadores desde Nueva York, donde acompaña al presidente Néstor Kirchner para la asamblea de las Naciones Unidas, a levantar el paro. Ayer a última hora Tomada anunció que volvería en forma inmediata al país para encabezar la negociación.
El ministro había dicho que la acción gremial producía "un inmenso daño" a los usuarios. La suspensión del paro tornó innecesario preparativos de la empresa Metrovías para prestar un servicio de emergencia apelando a sus supervisores para que condujeran los trenes.
También quedó automáticamente sin efecto una disposición del gobierno porteño que autorizaba el libre estacionamiento en previsión del mayor número de automóviles particulares que se emplearían en caso de que el paro se hubiera efectivizado.
El servicio de subtes viene sufriendo irregularidades en las últimas semanas por frecuentes negativas del personal a despachar trenes que considera con desperfectos para brindar viajes seguros por falta de mantenimiento e inversiones.
Esa actitud fue denunciada por la empresa como una suerte de medida de fuerza que no se justifia. Testimonios de usuarios recogidos por la televisión en las últimas jornadas tienden a culpar a los trabajadores por la repercusión de esta situación sobre el servicio. Metrovías cuenta con 3000 trabajadores para atender las cinco líneas de trenes subterráneos de la ciudad de Buenos Aires, que recorren 39,5 kilómetros, aunque varias de ellas están en obras de extensión. También es concesionaria del servicio de Premetro, en el cuadrante suroeste de la ciudad, de 7,4 kilómetros de recorrido.
Fuentes: Dyn y Télam