A una cuadra del Club San Martín, donde los vecinos de Tolosa van en busca de asistencia, hay muchas quejas respecto a la falta de organización en el reparto de las donaciones y ayuda. “Estamos a una cuadra y no vino ni una sola asistenta social”, dice uno, indignado. Mientras sacan sus cosas a la calle, otros hacen largas filas para poder conseguir un colchón, un bidón de agua, pañales, comida: todo se necesita.
La municipalidad de La Plata, junto con la Dirección Provincial de Defensa Civil, es la encargada de regular todo el operativo de evacuación y asistencia a las víctimas.
Sin embargo, fuentes que participan del operativo reconocieron ante PERFIL que, si bien la inundación fue súbita y no dio tiempo para prepararse, desde el Municipio hay muchas cosas que mejorar para poder enfrentar una situación así, especialmente en la comunicación y en la coordinación. Además, sostienen que la desorganización se debe, en parte, a que muchos vecinos montan centros de recepción de donaciones por su cuenta, y otros reclaman una retribución por lo que hacen.
El escenario que se vive cuadra a cuadra en la ciudad es desolador. En el Club San Martín, las filas de personas se extienden a lo largo de toda la cuadra. En el medio, sobre la calle, voluntarios de la Cruz Roja se confunden entre los jóvenes que se acercan a ayudar, descargando los autos que no paran de llegar con bolsas repletas de donaciones.
Los propios vecinos llenan sus autos de cosas que puedan servirle a los demás. Sin embargo, pese a la inmensa solidaridad de la gente, la necesidad supera todo. Muchos se quejan por la falta de ayuda oficial, que llega tarde o no llega. “¿Por qué no vienen a 514 y 10 bis, que estamos mal y no viene nadie?”, grita una vecina, desconsolada, mientras se aleja con un colchón y dos litros de agua. “¡No alcanza para nada!”, dice.
En ese contexto, la presencia de Daniel Scioli y de Alicia Kirchner en Tolosa enfureció a los vecinos: “¡Caraduras!”, les gritaban los que esperaban hacía horas por una ayuda. Rubén, un vecino de 18 y 522, estaba hacía tres horas yendo de una fila a la otra. “Nadie me sabe decir dónde tengo que ir, es una desorganización total”, dice.
Hugo Alvarez trabaja como empleado administrativo de la delegación San Lorenzo de Tolosa. Desde el martes pasado está a cargo de la organización de las donaciones. Alvarez señala que “todo lo que llega lo enviamos al centro de integración barrial, ese es el mecanismo que se acordó con la Municipalidad porque hasta ayer recibíamos y repartíamos acá y era un lío bárbaro”.
La ayuda, dicen muchos, no llega a todos lados por igual. En 20 y 527, esperan desde el martes que aparezca alguien. “Necesitamos leche, todos los negocios están cerrados, nadie vino a traer nada, ni agua”, cuenta Laura, que vive allí junto a su hija Vanesa. “Un vecino de Romero viene con su camioneta y nos trae agua, es el único”, cuentan. No saben que a pocas cuadras de allí un camión reparte agua. Nadie les avisó, y en el medio del caos no pueden salir a recorrer.
La información no circula en todas partes, por eso decidieron prender fuego maderas y gomas, para ver si así, con “señales de humo”, logran llamar la atención de alguien. “Los vecinos son los únicos que ayudan”, se quejan, ante la ausencia de asistencia oficial. Los piquetes se repiten en varios puntos de la ciudad: en San Carlos, Los Hornos, Berisso y Barrio Aeropuerto.
En 27 y 524, al norte de Tolosa, sobre la vera del arroyo El gato, tampoco llegó nadie. Con su bebé en brazos, Vanina ve cómo su casa corre riesgo de caerse sobre el arroyo.
“Acá no vino nadie, pasaron por la escuela de 526 para hacer un censo, pero acá no llegaron”, dice junto a Oscar, su suegro que vive en la casa de al lado, donde se están quedando. A unas cuadras de allí, en 524 y 17, Alberto, un vecino en silla de ruedas, pide que alguien le alcance “un poco de agua”.
En Villa del Cementerio, lindero a Los Hornos, en 137 y 72, los vecinos también hicieron un piquete, para denunciar que no les llega la ayuda. Lo único que tienen son algunos bidones de agua, pañales y pocos paquetes de fideos que pudieron sacar de un camión de asistencia.
En Villa Elvira el panorama es similar, o peor. No hay parámetro que valga para los que perdieron todo.
Los vecinos que viven cerca del arroyo Maldonado –que subió casi dos metros en menos de media hora y arrastró hasta el puente peatonal– se quejan porque nadie los ayuda.
Incluso cuentan cómo vieron, horrorizados, cómo el agua se llevó a una familia entera que se había refugiado sobre el techo de chapa de su casilla.
“Por acá pasaron los bomberos con un gomón una vez y nunca volvieron”, se quejan, y cuentan que Defensa Civil recién llegó el jueves por la tarde, después de haber salido en televisión.
Allí, en una sola casilla viven veinte personas, y dos mujeres están embarazadas. Sabrina y su mamá, dos mujeres de la zona, se instalaron en 90 y 6, donde armaron una olla popular para repartir comida entre los vecinos. Como tienen una fábrica de pastas, comparten la mercadería antes de dejar que se arruine.
Aporte de los famosos
El Papa Francisco puso ayer a disposición de la arquidiócesis de La Plata la suma de US$50 mil para que sean destinados a los damnificados por el temporal, que el martes pasado azotó la capital de la provincia de Buenos aires. El anuncio se hizo a través del Pontificio Consejo “Cor Unum”, una institución fundada por Pablo VI en 1971 para colaborar en la promoción humana y cristiana, informó la Agencia de Noticias Católica Argentina (AICA).
Monseñor Emil Paul Tscherrig aseguró que, con este gesto, el Papa quiso expresar de manera concreta su “cercanía espiritual a todos los que sufren” y a los que “generosamente siguen dando su ayuda y apoyo”.
Además, alentó “a las instituciones civiles y eclesiásticas, así como a las personas de buena voluntad, a prestar con caridad y espíritu de solidaridad cristiana la necesaria ayuda”. El Papa se mantiene informado de la situación en La Plata.
Otros personajes famosos también decidieron hacer donaciones. El boxeador argentino Sergio “Maravilla” Martínez donó $100 mil a Cáritas La Plata para que puedan ser utilizados en asistencia. Se suma a las acciones de Juan Sebastián Verón y Alejandro Sabella: el primero participó de los rescates y el DT de la Selección abrió las puertas de su casa a los más necesitados.