Querés volver a prometer, como lo hiciste mil veces, que no vas a volver a tomar en tu vida... pero tomate un minuto: aparte del dolor de cabeza, la borrachera de anoche puede haberte aportado algo más.
Una nueva investigación norteamericana sostiene que quienes toman alcohol después del trabajo ganan entre un 10 y un 14 por ciento más que quienes no lo hacen, y que tener un estilo de vida que incluye un festejo de vez en cuando, es positivo para la carrera de cualquiera.
Según aseguran, elegir bien a los compañeros con los que compartís el happy hour te puede hacer merecedor de un ascenso antes de lo que esperabas.
De acuerdo a lo estudiado por un grupo de investigadores de la San José State University, en el estado de California, la gente que toma construye “capital social”, agrega contactos valiosos a sus agendas y forja relaciones importantes para su carrera.
“Estos resultados no me sorprenden en lo más mínimo”, dice Caroline Theobald de The Bridge Club, una asociación con fines sociales. “Nunca organicé un evento a la hora del desayuno. Cuando conocés a otras personas , entrás en un ambiente extraño y una copa de vino puede ayudar”.
Lo que resulta positivo de todo esto es que en medio de un mundo en donde la comunicación se volvió más y más electrónica, las relaciones interpersonales siguen siendo una herramienta importante en la carrera.
De acuerdo a una investigación de American Express, el 82 por ciento de las compañías norteamericanas rankeó al entretenimiento a nivel empresa como muy importante, mientras que, durante el último año, el 68 por ciento incrementó el presupuesto destinado a diversión.
¿Pero qué es lo que hace que un par de cervezas puedan ayudarnos a escalar en la compañía? Aparte de mejorar la autoestima, el alcohol nos libera de inhibiciones y hace que las personas sean más propensas a perder la máscara del profesionalismo.
Aparte de resultar un alivio, todo esto puede ser importante como una forma de generar confianza en el grupo. Puesto de una forma simple: la gente tiende a hacer negocios con gente con la que se puede relacionar de manera informal. Disfrutar de un vaso de vino después del trabajo demuestra que uno tiene un costado más divertido.
Pero ¿cuán importante es efectivamente tomar alcohol en este proceso? La psicóloga Georgia Foster argumenta que muchos de los elementos positivos que la gente asocia con el alcohol pueden ser recreados sin el brebaje.
“La gente asocia al alcohol con ser divertido y espontáneo y mi argumento es que esto se puede lograr naturalmente, sin tomar”, dice Foster.
Según Phil Hopkins, otro psicólogo experto en el tema, “puede ser muy ventajoso ser el único sobrio en una reunión”.
Para mucha gente el secreto está en moderarse más que en abstenerse. ¿Cómo saber cuál es el límite? Mientras que para Foster el límite es alrededor de media botella de vino (para evitar papelones), la gente que considera que tomar alcohol es parte de su trabajo debe prestar atención a los riesgos sobre su salud.
Quizás el punto medio estaría en traer esta atmósfera distendida a la oficina. Por ahí notaríamos que nuestros compañeros son todavía más interesantes sin el alcohol. O no...
Quienes beben después del trabajo, ganan más
Una investigación demuestra que distenderse con compañeros de trabajo, y compartir un par de cervezas, después de un día laboral puede ser muy positivo. Por Catherine Quinn. THE GUARDIAN.
Londres, The Guardian- Te despertás de golpe, con taquicardia y transpirado, y en medio de la peor resaca de tu vida te acordás de la conversación que tuviste ayer a la noche con el más indiscreto de tus compañeros de trabajo. O peor, con tu jefe.