SOCIEDAD
funcionara como restaurante / comedor

Reciclan un vagón de subte para turistas que visiten Los Piletones

La iniciativa fue impulsada por dos diseñadores que trabajaron en conjunto con la fundación Margarita Barrientos. El centenario coche de la línea A fue recibido como donación. El espacio abrirá en marzo.

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Renovado. El lugar tiene capacidad para treinta cubiertos. Entre los asientos de madera se colocaron mesas. Se mantuvo la luminaria y otros detalles como los esquineros, en los que dispusieron macetas. El coche está en uno de los extremos del predio de Villa Soldati. | obregon

“Lo teníamos como una asignatura pendiente”, asegura el artista y diseñador Gustavo Yankelevich, quien –junto a su socio, Máximo Ferraro– creó un movimiento, al que bautizaron Salto Diseño en Acción, que persigue un objetivo que, según cuenta, comenzó a obsesionarlos: lograr que el diseño “no sea solo algo exclusivo, sino que se convierta en algo que transforme la calidad de vida de las personas”.

Así, pensando en su primer proyecto, se toparon casi de casualidad con una necesidad: la fundación Margarita Barrientos, ubicada en  Los Piletones, en el corazón de Villa Soldati, había recibido como donación de la empresa Subterráneos de Buenos Aires (Sbase) uno de los antiguos vagones de madera de la línea A, que fueron retirados de circulación en 2013 (ver aparte) y quería convertirlo en un espacio que funcione como restaurante y comedor, no solo para los vecinos sino también para que se convierta en un punto para atraer turistas al barrio, según cuenta Ezequiel Eguía Seguí, director ejecutivo de la Fundación Margarita Barrientos y de la ong La Tomasa Huerta, un espacio de cultivos hidropónicos que funciona en el predio donde se instaló, tras seis meses de trabajo, el vagón cuando llegó. Sbase ya lo había dejado pintado en el exterior como estaba originalmente, pero faltaba el reciclado.

Así, los diseñadores y la organización que lidera Barrientos se reunieron a fines de septiembre y a partir de allí, las ideas empezaron a fluir. “Queríamos que fuera atractivo, funcional, alegre, bello y elegante”, dice Ferraro. Decidieron no tocar los asientos originales de madera e integrarlos con colores puros y con los materiales que fueron consiguiendo: el porcelanato, otro material que imita el mármol, la iluminación, las cortinas. “El diseño es el eje creador que desarrolla un montón de procesos que dan la posibilidad de vivir mejor en distintos ámbitos”, asegura el artista. Por eso, los chicos de la fundación, que colaboraron en la refacción y puesta a punto del espacio, lo fueron haciendo siguiendo los pasos dictados por los dos diseñadores.

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El espacio. El restaurante tendrá unos treinta cubiertos y podrá, además, ser usado como espacio para organizar eventos. De hecho, la inauguración oficial será en marzo próximo, con un ciclo de charlas para “Mujeres empoderadas” que la misma Margarita Barrientos dará auspiciada por Newsan, una de las empresas involucradas en el proyecto.

“La idea es que las conferencias que Margarita suele dar durante todo el año también se hagan aquí, e impulsar con este espacio que sean las empresas y sus integrantes los que se acerquen al barrio”, detalla Eguía Seguí.

El restaurante-comedor tendrá un deck de madera exterior y siete mesas de cuatro comensales cada una, diseñadas en blanco y con los elegantes asientos de madera recuperada a su antiguo esplendor.

Pero también podrá usarse como comedor para los vecinos de Los Piletones, “a otros precios distintos de los que pensamos para los turistas”, agregan.

El menú está en conversaciones con varios chefs reconocidos –los Petersen podrían ser de la partida– y esperan sumar propuestas gourmet de la misma cocina que se hace en los comedores que atiende Barrientos y su equipo, como “hamburguesas de Brangus acompañadas por la lechuga hidropónica y las verduras que cultivan los chicos que trabajan en la huerta”, agrega el director de la fundación.

“Este era un proyecto ideal para empezar Salto: chico, pero contundente”, agregan los diseñadores Yankelevich y Ferraro. Y el cambio que esto significará para Los Piletones  es resaltado también por los integrantes del equipo de la fundación, que se convirtió “en una miniciudad que tiene de todo, pero para convertirse en realmente inclusiva, necesitaba una propuesta con precios para los vecinos y otro para los turistas, y obtener recursos que se reutilizarán en el trabajo que realizamos todos los días”, concluye Eguía Seguí.


Los antiguos trenes que se convirtieron en patrimonio

En 2013 –y con algunos vecinos nostálgicos que se resistían al cambio–, los antiguos coches de madera de la línea A fueron reemplazados por trenes chinos con aire acondicionado. A partir de entonces y hasta ahora, unos 56 vagones quedaron disponibles para ser donados a distintas instituciones culturales y educativas. La medida fue aprobada por la empresa Subterráneos de Buenos Aires (Sbase), y los coches de la fábrica belga La Brugeoise fueron destinados a la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FADU) de la UBA, la Asociación Amigos del Tranvía, el Museo de las Comunicaciones de Mar del Plata y distintas instituciones en Chaco, Lanús, La Plata y Marcos Juárez, entre otros. Así recibió el suyo la fundación que encabeza Barrientos, tras el pedido formal para usarlo como espacio para eventos.

“Las Brujas” funcionaron cien años y fueron declarados patrimonio de la Ciudad.