Con la intervención sobre sus calles y veredas, y mejora en fachadas y marquesinas de los locales, el Barrio Chino, en Belgrano, busca renovarse y convertirse en un centro comercial a cielo abierto más atractivo.
Para esto, el gobierno porteño –también con la participación de los comerciantes– está desarrollando un plan de obras de mejoramiento sobre las calles Arribeños y Mendoza, que estiman culminarán a principios de noviembre. Las obras, a cargo de la empresa Altote SA, comenzaron a fines de mayo y contaron con una inversión de $ 11 millones.
Así, tal como se hizo en el Microcentro porteño, se están ampliando las veredas y nivelando Arribeños, entre Juramento y Olazábal, para convertirla en calle de prioridad peatonal, por donde seguirán circulando autos, pero a una velocidad mínima y sin la posibilidad de estacionar, ya que además de cambiar y unificar las baldosas, se instalarán bolardos que no permitirán a los autos frenarse. Los fines de semana y también los días de festividades chinas, los peatones tendrán prioridad.
Así, se busca darle a este espacio una revitalización, para sumar al atractivo que el barrio ya tiene de por sí. Y que se traduce en los miles de visitantes que tiene, sobre todo los fines de semana, cuando la circulación, entre el ruido de los autos, las veredas rotas, los cables colgando y la poca iluminación, se volvía casi imposible.
“El objetivo es que puedan disfrutar de un espacio que de por sí ya tiene una identidad marcada, mucho tránsito peatonal y actividades, que hacen que la gente lo recorra a pie”, dice Patricio Di Stefano, subsecretario de Uso de Espacio Público de la Ciudad.