La iniciativa se presentó como un paso necesario hacia el ordenamiento del espacio público en la Costanera Sur e incluía la transformación de una de las postales porteñas más típicas de la zona, los puestos de comida al paso, o “carritos de choripán”.
Sin embargo, a seis meses de ese anuncio –en noviembre del año pasado–, y a tres de la fecha establecida por el propio Gobierno porteño para el recambio –febrero de 2013–, ninguno de los casi treinta carritos instalados hace más de cincuenta años en casi toda la extensión de la avenida Intendente Hernán Giralt cambió su formato original.
Entre las modificaciones que se preveían se contemplaban el formato del carrito, su color, heladeras, freezers, y hasta la cantidad de mesas instaladas a su alrededor. Sin embargo, el cambio que más polémica encendió entre los puesteros y habitués del lugar es la utilización del gas en lugar del carbón o la leña.
“Si bien ninguno de los puesteros se opone a los cambios, estamos disconformes con el tema del gas. No va a ser lo mismo. La carne asada se hace a leña o con carbón, es la esencia de este tipo de puestos”, señaló a PERFIL Rubén Amitrano, con más de medio siglo en el rubro y casi el mismo tiempo en el lugar. “Creemos que la gente va a dejar de venir, por lo que tendremos que buscar alguna variante con las comidas”, agregó el puestero de 75 años.
Desde el Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño, en tanto, adelantaron que la demora se debe exclusivamente a temas administrativos relacionados con la licitación pública, que repercutieron en la fabricación de los carritos y los plazos de entrega previstos originalmente. “En estos momentos están en fabricación, y el prototipo fue acordado con los 26 puesteros que firmaron los convenios que cumplen con todos los requisitos de habilitación que les pedimos. La idea es entregarlos hacia fines de junio, o primeros días de julio. Queremos renovar la zona y que sea con puestos acordes, limpios, seguros y modernos”, aseguró una fuente de esa misma cartera.