SOCIEDAD

Se marchitó un sueño: la gigantesca flor de Palermo ya no mueve sus pétalos

Donada por el arquitecto argentino Eduardo Catalano, la única "escultura móvil" no se mueve. Una garantía inexistente, los intentos por repararla y la respuesta oficial.

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| Cedoc

Es uno de los símbolos de la ciudad y quedó abandonada por la desidia oficial y una sumatoria de complicaciones que hicieron que en la actualidad se encuentre inmóvil.

La gigante “Floralis Genérica”, apostada en la Plaza de las Naciones Unidas en plena avenida Figueroa Alcorta, ya no mueve sus pétalos tal como había soñado su creador, el prestigioso arquitecto Eduardo Catalano, que donó la escultura a la ciudad y murió a comienzos de 2010.

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La gigante flor de acero, que pesa 18 toneladas y mide 23 metros, fue concebida por Catalano con un sofisticado mecanismo que hacía que ésta se abriera durante el día y se cerrara de noche, así como también que girara en determinados momentos del año.

Desde el MOA, el Departamento de Monumentos y Obras de Arte de la ciudad, confirmaron a Perfil.com que la monumental escultura tiene "un problema con los chapones exteriores que hace que falle todo el mecanismo". Según los especialistas, se trata de "un problema estructural".

La explicación oficial. Desde el Ministerio de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad, la explicación al abandono de la flor es atribuida a una sucesión de inconvenientes.

Según explican a Perfil.com desde la cartera que dirige Diego Santilli, por contratación del mismo Catalano, la empresa encargada de construir la obra, instalada en 2002, fue Lockheed Martin Aircraft Argentina, que extendió una garantía de 25 años

Sin embargo, desde el mismo momento de su confección, Catalano advirtió sobre las fallas de la obra a la Lockheed, por la mala instalación de un pétalo que luego dañaría la estructura.

Incluso en 2003, Catalano le envió una carta al presidente de la Lockheed donde instaba a la compañía a cumplir con la garantía vigente y reparar el pétalo dañado.

Pero algo inesperado sucedió: Lockheed se fue del país y se transformó en la Empresa Argentina de Aviación desde mediados de 2009. Por lo tanto, los intentos por reparar el mecanismo dañado fueron en vano.

Como una paradoja, el monumento desde entonces se encuentra bajo garantía de una empresa que no existe más.
 
Finalmente, el 28 de enero de 2010 Catalano murió y el 24 de febrero del mismo año, tras una inspección del ingeniero Angel Guzmán, subcontratista de la obra y persona de confianza de Catalano, se decidió inmovilizar la flor para evitar mayores daños.

En ese momento, Guzmán confeccionó un presupuesto para reparar la flor, que rondaba los 500 mil pesos.

En octubre de 2010, con motivo de la muestra Tecnópolis, organizada por el gobierno nacional y luego suspendida tras la negativa del macrismo de dar el permiso para que se realice, hubo nuevos intentos por reparar la estructura.

Pero la negociación para que el gobierno nacional repare la escultura, luego de la negativa del jefe de Gobierno porteño, quedó trunca.

Desde entonces, según informan desde la cartera de Santilli, están haciendo intentos por conseguir sponsors privados para mantener el monumento. De hecho, la plaza que rodea a la Floralis Genérica es mantenida con fondos que dona la empresa TetraPack.

Me hace falta una flor. "Hacía tiempo que deseaba concebir una estructura móvil que se abriera, se cerrara o se expandiera". Así relató Catalano el nacimiento de uno de los símbolos de la ciudad, que luego instaló en uno de los barrios más exclusivos de Buenos Aires.

"A la noche recogerá con lentitud sus pétalos para dormir bajo un cielo luna o sin estrellas", anhelaba el prestigioso arquitecto que en el año 2000 donó a la ciudad su monumental creación, finalmente instalada en 2002.

Catalano nació en Buenos Aires pero realizó gran parte de sus estudios y luego su tarea como arquitecto en el exterior. Entre sus obras destacadas, se encuentran algunos pabellones de Ciudad Universitaria, la embajada de Estados Unidos en Argentina, la Juilliard School de Nueva York, entre otros.

(*) de la redacción de Perfil.com.