Un gerente de recursos humanos se vio obligado a renunciar por publicaciones ofensivas que alguien subió a la web con su nombre. Por sus resultados de búsqueda online, nunca lograba pasar la primera entrevista en empresas similares. Al mismo tiempo, el dueño de un salón de fiestas perdió el 70% de sus reservas y debió cerrar luego de que un cliente creara un blog anónimo criticando sus servicios. Es que, como indican los especialistas en derecho informático, “uno es lo que Google dice que es”. Y a través de esa frase ilustran un fenómeno actual: cada vez más personas recurren a abogados y empresas especializadas con el fin de “borrar su pasado” de Internet.
Según cuenta Daniel Monastersky, abogado de delitos informáticos del estudio especializado Identidad Robada, hace diez años casi no tenía casos. Hoy recibe alrededor de 15 consultas por semana y por eso creó el sitio limpiatunombre.com. “Los empleadores no gastan recursos en chequear los antecedentes de un candidato. Por eso damos soluciones legales a los problemas de reputación, aunque, cuando algo se sube a internet, no siempre se puede arreglar”, explica. “El trabajo de limpiar la reputación online de un usuario es casi artesanal, y luego hay que buscar pruebas para saber quién está detrás”. Lo mismo hace Miguel Sumer Elías en Informáticalegal.com. “Es que no es lo mismo libertad de expresión que libertinaje. Si bien existen datos públicos imposibles de eliminar, hay muchas personas desprestigiadas en Internet por cuestiones falsas, y por eso puede llegar una demanda judicial”, aclara. Ambos abogados coinciden en que “es caro” hacerlo, pero no precisan cifras.
Servicios. Por el fenómeno, también aparecieron empresas dedicadas a gestionar la reputación online de los usuarios. Según indica a PERFIL Dídac Sánchez, director de la compañía española Eliminalia.com, planean abrir una oficina en Argentina en 2016 porque reciben “unos 1.200 clientes anuales” desde el país. Dependiendo de qué tan complejo sea el trabajo, puede costar, al cambio oficial, desde 4 mil hasta 850 mil pesos.
En Borrame.es –que el año pasado duplicó sus clientes en todo el mundo–, agregan que su trabajo también consiste en generar contenido que mejore la presencia de los clientes en las primeras páginas de los buscadores. “Ahora, lo que más están pidiendo los clientes es borrar imágenes”, indican, aunque aclaran que existe información “imposible de eliminar”, como publicaciones en la prensa gráfica y de boletines oficiales