El pastor evangélico Luis Palau cerró anoche en el Obelisco ante una multitud su festival
"Sí a la vida", en el que exhortó a los asistentes a respetar los valores morales
tradicionales, en una jornada en la que cosechó
nuevas críticas por la realización del show en el centro porteño. Palau se
presentó por segundo día consecutivo en el escenario de grandes proporciones montado en la Plaza de
La República, en Avenida 9 de Julio y Corrientes, ante miles de personas, muchas de ellas jóvenes,
quienes cantaron y bailaron al ritmo de una decena de bandas musicales que se presentaron durante
toda la tarde.
Los organizadores del evento repartieron folletos con fotos del pastor y explicaciones de su
"poder transformador", en el que se reiteraron las enseñanzas de recuperar los valores
tradicionales propios del cristianismo, como el respeto del cuerpo y la familia, para evitar
"tentaciones de Satanás".
Durante el festival, jóvenes con carteles con la inscripción "Amigos del festival" repartían
folletos con la imagen de Palau y sus enseñanzas, en las que recomendó "no jugar con drogas" y
"correr hacia Cristo, porque él brinda la verdadera libertad, y no las drogas, el alcohol o la
fornicación".
El festival religioso "Sí a la vida" fue realizado con la presencia de cientos de miles de
personas, quienes colmaron la Avenida 9 de Julio y sus paralelas inmediatas desde Corrientes hasta
Avenida de Mayo, donde fue cortado el tránsito desde las 18.30, informaron a DyN voceros
policiales.
Los organizadores estimaron a DyN que momentos antes de las 21 había unas 330 mil personas y
que las calles estaban colmadas de personas desde el Obelisco hasta Hipólito Yrigoyen, sobre la
Avenida 9 de Julio y sobre Lima y Bernardo de Irigoyen, y los bulevares divisorios.
Un estricto operativo de seguridad, al que fueron afectados unos 800 agentes policiales y
unos 3.000 custodios privados, intentó ordenar el tránsito antes de las 18, con el objetivo de
evitar trastornos vehiculares como los sucedidos ayer.
El cierre del festival se realizó en una jornada en la que se renovó la polémica por la
autorización de la administración de Mauricio Macri para concretar el acto, por la que Palau debió
salir a dar explicaciones, en las que negó haber dado dinero a la Comuna o a funcionarios para
lograr la habilitación.
"No, nada, nadie pidió nada y nadie cobró", expresó Palau a Radio Mitre, y añadió que el
pedido de autorización fue iniciado ante el ex mandatario Jorge Telerman y "terminó con Macri". El
pastor volvió a pedir "perdón" por la realización del acto un día hábil y en horario pico, y afirmó
sentirse "feliz" y "honrado" porque la Argentina "es un país democrático".
Pese al pedido de perdón, el ministro del Interior, Florencio Randazzo, se sumó hoy a las
criticas contra Palau y el gobierno de Macri por autorizar el festival, al afirmar que le "parece
bien que quienes quieran tener un lugar para expresar su fe, lo tengan, lo que me parece que no es
correcto es la hora".
Por su parte, la titular de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini,
calificó hoy como "un tipo de terror" a Palau (ver aparte).
El pastor desmintió la versión de que es consejero espiritual del mandatario de Estados
Unidos, y aseguró que no responde a intereses políticos de la derecha, al afirmar que ha
"estado más con gobernantes chinos que son comunistas y ateos en los últimos ochos años que
en la Casa Blanca", concluyó.
El festival fue organizado por Palau y la Federación Alianza de Iglesias Cristianas
Evangélicas (ACIERA), que organizó esta mes una serie de cenas y encuentros con personalidades
públicas en las que recaudó más de 250 mil pesos para la realización del acto frente al Obelisco.
Fuente: DYN