En Argentina sólo el 18% de los puestos de más alta decisión están ocupados por mujeres: es decir, 2 de cada 10. El dato surge de la segunda edición de la investigación Sexo y Poder: ¿Quién manda en Argentina? realizada por el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), que relevó en 2020 los puestos de mayor jerarquía en once áreas claves: Política; Economía; Sindicatos; Sociedad civil; Salud; Educación; Ciencia; Cultura y artes; Defensa y seguridad; Medios; y Deportes.
La publicación recupera los resultados del primer relevamiento de 2010 y presenta los resultados del análisis actualizado al 2020. Gracias a la mayor disponibilidad de información pública, en algunos aspectos la actualización del relevamiento permitió que se pudieran ampliar la cantidad de organismos y dimensiones relevadas llevando a mostrar un panorama más amplio de la sociedad y sus instituciones. ¿Cuánto cambiaron las instituciones y la sociedad de la Argentina en los últimos 10 años?
Con el objetivo de construir una fotografía de las dimensiones del poder, ELA diseñó un Índice de Participación de las Mujeres (IPM) que puede ser replicado en el tiempo. Para 2020 el IPM (que mide exclusivamente los puestos número 1 de decisión) es del 18%, aunque existen diferencias muy marcadas entre las áreas analizadas. Cultura y arte (53%); Sociedad civil (43%), Ciencia (36%), Salud (32%), Política (25%) y Medios (23%) son los ámbitos que cuentan con mayor cantidad de mujeres en el puesto 1. Mientras que en Educación (14%); Deportes (12%), Economía (5%), Sindicatos (3%) y Defensa y Seguridad (3%), la presencia de mujeres en dichos puestos es incipiente o excepcional.
Si se amplía la mirada y se considera tanto los puestos uno y dos en cada una de las instituciones relevadas, el porcentaje total de puestos ocupados por mujeres pasa a ser del 34%. Sin embargo, hay ámbitos donde el crecimiento ha sido más evidente y otros donde prácticamente no se produjeron avances en los últimos diez años.
Así, por ejemplo, mientras que la Política (considerando todos los poderes del estado), la Educación y la Ciencia son áreas donde la representación de las mujeres ha crecido sustancialmente (142%, 71% y 62% respectivamente), en Sindicatos ese cambio fue mínimo ya que tan sólo el 11% de los máximos cargos de decisión están ocupados por mujeres.
Los puntos de partida tampoco son los mismos en las distintas áreas: se puede ver que en el área de Medios y en Economía, pese a que la presencia de mujeres se duplicó en la última década, los valores siguen siendo de los más bajos del relevamiento, pasando de 9% a 15% y de 5% a 10% respectivamente. En el caso de Cultura y Arte Públicos, en tanto, aunque el crecimiento fue de los más bajos (15%) ya se partía de una base alta de representación de mujeres, logrando superar así la paridad (de 47% a 54%).
"Las mujeres sin duda hemos avanzado en la conquista de derechos, pero todavía no logramos concretar el mismo avance en el acceso a espacios de poder que en gran medida siguen estando vedados”, afirmó Natalia Gherardi, directora ejecutiva de ELA. Y agregó: “Si bien sobran los ejemplos de mujeres que son referentes en todas las áreas, antes que la comprobación del logro de la igualdad, la posibilidad de nombrarlas es un indicador que nos recuerda que estamos todavía lejos de lograr el objetivo. Las podemos nombrar justamente porque todavía son muy pocas”.
Sólo el 28% de las mujeres ocupan los puestos más altos en el Poder Judicial
“El relevamiento que presentamos en esta publicación muestra los avances, los retrocesos y las limitaciones que encuentra el camino hacia una sociedad paritaria. También muestra las dificultades que impone un relevamiento basado en datos cuantitativos frente a información pública todavía organizada en base a una concepción binaria de la sociedad, considerada en términos de sexo”, explicó Delfina Schenone Sienra, responsable del área de políticas de ELA.
El informe da cuenta de “la exclusión de las mujeres indígenas, afrodescendientes y mujeres con discapacidad, así como también de las personas LGBTIQ+ de los espacios de poder, una realidad que es difícil de mostrar con las fuentes de información disponibles, pero sobre la cual es preciso llamar la atención”, concluye.