SOCIEDAD
hubo mas de 300 servicios reprogramados

Sobreventa de vuelos, más frecuencias y falta de personal, las principales causas de las cancelaciones

Varados. Miles de pasajeros en Aeroparque desde el inicio de las vacaciones, una postal repetida.
| Cedoc

“Acá lo que pasó fue que tenías más pasajeros que aviones, más aviones que espacios para volar, y se programó una frecuencia imposible. Hicieron una operación como si tuviéramos otro Aeroparque”. Así explican desde uno de los gremios aeronáuticos el caos del fin de semana pasado en el Aeroparque Metropolitano que tuvo como consecuencia más de 300 vuelos suspendidos y reprogramados, y miles de pasajeros varados.
Desde Aerolíneas Argentinas, en tanto, sostuvieron que la demanda fue muy superior a años anteriores (hubo 35 mil pasajeros diarios cuando el promedio es de 25 mil), y repartieron las culpas entre los gremios, las condiciones climáticas y el récord de demanda que hizo que todos los vuelos estuvieran completos y no hubiera espacio suficiente para reubicar a todos.

“Se hizo una programación ampliada en casi un 30%. Los sábados se hacían 92 vuelos y se programaron 129 –entre cabotaje y regional–, y de 45 mostradores, sólo se pudieron ocupar 29, con lo cual no había personal suficiente. Cuando ampliás tanto la banda necesitás más gente de tráfico, más maleteros, más aviones en plataforma, más tripulantes”, explica Marcelo Uhrich, vocero de la Federación Argentina del Personal Aeronáutico (FAPA), que reúne a cinco sindicatos.
En esa línea se mostró también Franco Rinaldi, periodista especializado y autor del libro Aerolíneas Argentinas. 2000 días de pérdidas (Planeta), para quien la empresa “no tiene la estructura interna necesaria para cumplir con esa programación, que requiere de mucho contacto con el resto de las gerencias”. Y analiza que “si no tenés todo coordinado no podés aumentar exponencialmente la programación de vuelos”.
Cuestión de cálculos. Por su parte, consultados por PERFIL, fuentes de otras líneas aéreas explicaron que “una temporada alta –como la de vacaciones de invierno– se planifica a largo plazo, con mucha certeza de la cantidad de dotación de tripulación y flota disponible, y el status de las guardias”. Así, por ejemplo, se debe tener en cuenta que si un piloto se enferma se debe contar con personal suficiente para reemplazarlo, sin tener que suspender el vuelo. Lo mismo con la cantidad de aeronaves disponibles, y las frecuencias que pueden tener.

“Para todo esto son clave las reuniones de planificación que se hacen meses antes, porque tenés mucha gente para distribuir horarios, ver los aviones disponibles, y analizar en base a la temporada anterior si un destino subió o bajó”.
Y si bien explican que todas las compañías sobreofertan pasajes, amparados en que siempre hay un porcentaje de gente que a último momento no se presenta, “no es lo mismo sobrevender en una ruta donde tenés para ofrecer otro vuelo una hora más tarde que en otra donde no lo vas a poder hacer”, agregan.

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