Este sábado y domingo, los chicos que viven en la Ciudad de Buenos Aires pudieron volver a salir, igual que el fin de semana pasado, a no más de 500 metros de sus casas, durante una hora y sólo acompañados de uno de sus mayores responsables.
En calles, plazas y algunos comercios la imagen fue más o menos la misma: tapabocas en las caritas de niños y niñas, pero también mucho manoseo y un uso no siempre adecuado de la máscara protectora.
El Ministerio de Salud de la Ciudad estableció el corte etario obligatorio en los 6 años “porque consideramos que los más chicos se tocarían mucho la boca con un barbijo puesto. La idea es que tuvieran una edad para tolerarlo bien. Pero aquellos mayores de dos años que puedan llevarlo es bueno que lo usen. De todos modos, respetar el distanciamiento en las salidas es la medida más importante”, explicaron a PERFIL.
La Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) elaboró una serie de advertencias y buenas prácticas a la hora de proteger a los más chicos con las máscaras faciales que ya forman parte de lo que llaman “nueva normalidad”.
En bebés y niños menores de dos años, advierten, “las máscaras podrían dificultar la inhalación y la exhalación, dado que tienen vías respiratorias más pequeñas, tienen que trabajar más para absorber oxígeno a través de una máscara y pueden reinhalar el dióxido de carbono espirado”, explican. Y van más allá: “Un ajuste ceñido le dará menos acceso al aire, y un ajuste holgado no proporcionará mucha protección. También existe el riesgo de que el bebé intente quitarse una máscara o enganches en sitios salientes y que la máscara y sus cintas se enreden pudiendo causar lesiones”.
En cuanto al uso correcto, que implica lavarse las manos antes de ponerse una máscara u otra cubierta y luego evitar tocarse la cara una vez que esté puesta, “eso es difícil de hacer cumplir entre los niños, especialmente los más chicos. De hecho, puede ser que se toquen con más frecuencia, lo que aumenta el riesgo de contagio. Los de alrededor de tres años en adelante pueden necesitar usar una máscara en lugares públicos, pero lo más importante es mantener el distanciamiento social y que los miembros de la familia se laven las manos antes de tocar al bebé o al niño pequeño”, agregan los pediatras de la SAP. También aclaran que “no hay máscaras N95 aprobadas para niños pequeños, que deben reservarse para personal de salud”. También debe supervisarse el tamaño adecuado en función del rostro de cada chico, ya que aún las de tamaño pediátrico pueden resultar grandes.
Los chicos “babean, escupen y expulsan sus secreciones de sus narices. Todo esto podría humedecer la tela de una máscara o una cubierta de tela. Y cuando tocan la máscara y luego tocan otra superficie, los niños pueden ser una fuente de infección”, grafican. ¿Cuándo es conveniente ponérselas? Para los pediatras, el empleo del tapabocas es “recomendable recién a partir de los 3 años. Para que sea efectiva, debe utilizarse correctamente. Tanto la colocación como el uso y la retirada de la mascarilla en los niños debe estar siempre supervisada por un adulto”, explican.
Para los más pequeños, que pueden no entender por qué no pueden correr hacia las personas o tocar cosas que no deberían, el mejor enfoque es “mantenerlos en casa y en espacios alejados de otras personas y superficies comunes”, aseguran.