“Aunque el riesgo es alto, salgo. He visto el miedo y la angustia de mis compañeros y el mío propio transformarse en un testimonio real a través de nuestro trabajo.” dispara Juan Obregón, fotógrafo.
Durante tres noches, el fotógrafo Pablo Cuarterolo fue y vino, vino y fue decenas de veces en los vagones del Roca y el Sarmiento, para volver con las imágenes inimaginables de “la higiene en el tren” durante la pandemia. “Saqué muchísimas fotos desde que comenzó el coronavirus en Argentina. No sé cuántas, la verdad… pero sí sé que muchísimas”, repasa.
“Mis hijas decían que parecía que iba a la guerra y yo me sentía un poco Juan Salvo, el Eternauta, caminando solo por una ciudad vacía. Era un desafío. Hasta que me desperté tosiendo una noche. ‘Esto es serio’, pensé. Duró poco, pero salir a la calle es cada vez más duro”, resume Néstor Grassi, fotógrafo.
“A mi foto-reportaje lo llamaría Amor –aventura el fotógrafo Marcelo Silvestro-, porque describí con imágenes el amor de los vecinos de la Matanza junto al Ejercito Argentino preparando, cocinando y repartiendo miles de raciones de alimentos todo el día. Vi amor cuando llegó el camión a las iglesias católicas y a los templos evangélicos. En los comedores, donde más necesitan, te reciben con aplausos de gratitud, te dicen ‘que Dios los bendiga’. Mientras los veía dándose abrazos de codos y haciendo cadenas de manos para bajar la comida más rápido, me preguntaba: ‘y a ellos quién los va a bendecir? En estos lugares donde falta de todo, no faltan manos con amor”.
“Con este trabajo, en medio de tanta incertidumbre, este virus me obliga, nos obliga a repensar profundamente el camino de la humanidad”, sospecha Sergio Piemonte, siempre sacando de la manga un comentario inobjetable...
Los reporteros gráficos de Perfil están en la calle desde el primer día de marzo en que se anunció que el covid-19 ya estaba entre nosotros. Buscaban en el microcentro las primeras personas con barbijos; en Congreso, los primeros desconciertos; en Once, Constitución y Caballito, los primeros aplausos. En los pasillos del Muñiz, el Malbrán, el Durán, el Alvarez, el Piñero y el Fernández tuvieron las primeras aproximaciones a la verdad. Montaron guardia en los interminables controles policiales de los accesos a Buenos Aires. Madrugaron, trasnocharon. Al amanecer, vieron la desesperación en la cola de los cajeros automáticos; al mediodía, se insolaron junto a las filas humanas en la puerta de los supermercados. Sufrieron el ahogo de las primeras víctimas y la intemperie, con los sin techo. No importa qué les trajera cada nuevo día, nunca volvían con las manos vacías. Fueron con nuestros ojos, regresaron con nuestra angustia.
Cuando Louis Daguerre dio los pasos necesarios para inventar la fotografía, el resultado fue para Francia una cuestión de estado y envió misiones fotográficas a muchos rincones del planeta. Estaba diciendo a quienes quisieran oír: “el mundo es así y se los muestro yo”. Eso no cambió y los periodistas seguimos pensando que cada una de nuestras notas es un acto de fe. Todavía creemos que, sin foto, no hay nota. Desde siempre y especialmente ahora que el coronavirus acecha, los fotógrafos de Editorial Perfil son los jinetes de una ciudad imposible, la que nunca nadie jamás vio. Una imagen plural que vale más que mil palabras.
Debemos a Silvina Palumbo, editora multimedia de Perfil.com, la iniciativa de revestir de música y movimiento la épica cotidiana de Juan Obregón, Pablo Cuarterolo, Néstor Grassi, Marcelo Silvestro y Sergio Piemonte, algunos de los mejores reporteros gráficos de este país. Sus documentos nos acompañan día a día, sostienen nuestro trabajo, el de los periodistas. “Admiro a nuestros compañeros, los fotoperiodistas, y valoro muchísimo su trabajo de capturar imágenes históricas de los acontecimientos”. En tan solo una tarde, Silvina compaginó un video de 2:30 minutos sobre su gesta de rostros de la pandemia y revistió un tema tan triste con una música inquieta, que levanta. “Wake up (¡Despierten!) de Arcade Fire fue el primer tema que se me pasó por la cabeza. Es un himno del rock y acompaña vertiginosamente. La ciudad despierta y las cámaras hablan”, acierta Silvina Palumbo. Un book audiovisual imperdible. Perfil aplaude de pie a sus reporteros gráficos, a las 21 horas, y a toda hora.