Cuentan, a modo de justificación, que las generaciones de abuelos y bisabuelos que vivieron las dos guerras mundiales y luego emigraron a la Argentina quedaron tan impactadas con la tragedia y la escasez que se tornaron ahorrativos hasta el extremo. El sufrimiento había causado tanto impacto en la psique y la existencia que aun en contextos de abundancia no podía dejar de guardar por si acaso.
Salvando las diferencias, otras tragedias –no necesariamente bélicas– a su modo también marcan las existencias humanas. Por ejemplo, terremotos, epidemias y demás catástrofes.
También inundaciones, como las que se vivieron recientemente en las ciudades de Buenos Aires y La Plata.
Más allá de los cuidados que ponen los psicólogos para evitar lo máximo posible la extensión del más típico problema, el llamado estrés post traumático, ya hay varias consecuencias tangibles. Algunas copian las preparaciones de otros lugares del mundo, otras son originales. Entre las últimas se encuentra el desarrollo de unas supergalletitas que prepararon en el INTI de la ciudad de 9 de Julio, ideales para sobrevivir algunos días con poco acceso al alimento tradicional.
Se trata de un producto del Centro de Cereales y Oleaginosas –que viene trabajando en alimentos de calidad a base de granos desde hace años– que tiene 300 calorías por cien gramos, con mucho hidrato de carbono y poca proteína, para evitar que se genere sed en contextos en los que el agua puede ser escasa. “No son pesadas; dan saciedad y no tienen harina de trigo, lo que las hace aptas para celíacos. Tienen harina de arroz, sorgo, maíz, una mezcla balanceada”, dice el director del centro, Nicolás Apro. Si bien existen productos similares en el mundo, recalca Apro, son difíciles para comer en cuanto a aroma y color, porque están pensadas para ejércitos y no para particulares. “Queríamos ofrecer algo lindo y agradable, e hicimos de jamón, queso, frutilla y vainilla”, agrega. El producto, aún sin nombre, está listo para producirse a gran escala y no debería ser más caro que un alfajor común y corriente; recibieron contactos de Parques Nacionales (resulta muy útil en contextos como el andinismo), pero ni de La Plata ni de Buenos Aires mostraron interés.
Mundo. FloodBreak (cortainundación, en español) y Acuadique son dos distintos dispositivos construidos en los Estados Unidos y Canadá como defensa personal en los hogares ante el avance descontrolado de las aguas. Se trata de distintas barreras de emergencia que se han usado a distinta escala; desde hogares a hospitales, como el Hospital Regional de Columbus que usó 15 compuertas pasivas de FloodBreak. Las imágenes –esas especies de barreras amarillas– explican mejor cómo funcionan que mil palabras.
En tanto, el Acuadique es una especie de tubo inflable que se puede rellenar con agua o concreto y es capaz de tolerar hasta diez toneladas de presión, según explicó Paul Vickers, director de la compañía de control de inundaciones Tiger Dam System.