La inusitada crecida del Río Iguazú borró literalmente las cascadas que forman la impresionante Garganta del Diablo del paisaje. Todo comenzó el fin de semana, cuando el nivel de agua en el Iguazú comenzó a crecer de forma sostenida. En la jornada del martes ya había superado los 37 metros y obligó a clausurar las zonas aledañas.
Las autoridades tomaron medidas de inmediato: abrieron las compuertas del Yaciretá, ordenaron evacuar la zona y declararon la alerta hídrica. Según la medición de prefectura, esta mañana la altura era de 36,70 metros, lo que significa un descenso de 0,20 metros, respecto a la medición anterior.
Pero la tensión no disminuye. La probable descarga de agua del Iguazú al Paraná puso en alerta a las provincias de Misiones, Corrientes, Entre Ríos y Santa Fe. "El pico de la crecida estaría llegando cerca del 25 del corriente mes" a la capital santafesina, explicó el director de Gestión de Riesgos comunal, Eduardo Aguirre Madariaga, al declarar el estado de emergencia.
Según relataron medios locales, en Ituzaingó y Paso de la Patria, Corrientes, se observan cauces en ascenso. En la primera referencia, el río marca hoy 4,34 metros, 0,04 metros más que ayer, mientras que en Paso de la Patria trepó a 5,06 metros, 0,29 metros más que en la jornada pasada.
El tránsito por la ruta nacional 12 seguía cortado hoy en 200 kilómetros de su recorrido a la altura de las localidades de Jardín América, El Alcázar y Eldorado, al norte de Posadas. Los viajeros debían viajar entre 250 y 300 kilómetros más de lo habitual, unas cuatro a cinco horas más de recorrido.