SOCIEDAD
ENTERVISTA A ALFONSO DEL ALAMO, EXPERTO EN CATSTROFES

"Yo no hubiera pedido con cromañón"

El director de Emergencias del Ayuntamiento de Madrid, Alfonso del Alamo, estuvo en Buenos Aires para compartir las experiencias que dejaron los atentados del 11 M. Se refirió a la mejor forma de hacer frente a una catástrofe de magnitud. Inspirado en lo que se hace en las principales capitales del mundo, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires impulsa la creación un mando unificado para hacer frente a las emergencias. Los errores cometidos en el incendio de República de Cromañón y la confesión de que con la estructura de la Ciudad, no hubiese podido resolver la emergencia de la discoteca.

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EN LA CALLE. Del Alamo con su anfitrin, el ministro de Gobierno porteo, Diego Gorgal. Previsin para enfrentar una crisis. |

La emergencia no avisa, puede suceder en cualquier momento. Un ejemplo menor. El director de Emergencias del Ayuntamiento de Madrid, Alfonso del Alamo, se quedó el jueves 22 encerrado en el ascensor cuando se dirigía a conversar con este cronista. Del Alamo fue uno de los invitados al seminario organizado por el Ministerio de Gobierno de la Ciudad sobre los servicios de emergencia en incidentes de magnitud. Su aporte se refirió a su experiencia en los atentados del 11 M.

Pero lo imprevisible puede ser vencido con organización.Nunca se puede resolver una catástrofe si antes no se puede resolver el día a día en la ciudad”, dice Del Alamo, uno de los responsablea del mando de los servicios sanitarios, de bomberos y de seguridad cuando se produce un incidente de magnitud en Madrid.

Es cierto que la capital española llevaba años preparándose, a partir del historial de atentados de la ETA. Pero nunca nadie pensó en un ataque tan grave como el que tuvo como blanco a los trenes de cercanías de Madrid y que provocó la muerte de 192 personas. Madrid tiene establecidos protocolos que determinan como se debe actuar en cada caso: ante un muerto en la vía pública, un accidente múltiple o un atentado terrorista. Esto permitió que, pese al ataque, en el 11 M las cosas no se salieran de cauce.

Tras el atentado, fueron atendidos por el sistema sanitario de emergencia de Madrid 250 pacientes graves críticos. Sólo seis murieron después de haber sido tratados y derivados a los hospitales. Ese dato revela que es crucial la atención que se brinda a los heridos en los minutos posteriores a una catástrofe. El entrenamiento de los médicos es imprescindible para poder salvar vidas en la misma calle. Es difícil no pensar en lo que pasó en el incendio de la discoteca República de Cromañon. Buena parte de las 194 muertes fue como consecuencia de la inhalación de humo tóxico. Los jóvenes eran sacados del local y quedaban tirados en la vereda, a la espera del traslado. Muchos de ellos se podrían haber salvado si les hubiera suministrado oxígeno en esos momentos cruciales.

“Yo no hubiera sido capaz de manejar Cromañón con la estructura de la ciudad de Buenos Aires”,
advierte Del Alamo. “La clave para manejar una emergencia es el mando único. Y la importancia radica en todo lo que hiciste antes para prepararte cuando estalla la crisis”, agrega.

Un equipo integrado por médicos, psicólogos o psiquiatras se encargó de contener a los familiares de las víctimas mortales del 11 M. “Dimos contención a 2.000 personas aproximadamente. Y no se produjo ningún incidente”, asegura el funcionario español. Cómo no recordar la enorme diferencia con los familiares de las víctimas de Cromañon, deambulando de un hospital a otro y de allí a la Morgue del Cuerpo Médico Forense. Pidiendo a gritos ante las cámaras de televisión por un dato, una palabra, un retazo de información.

Diferentes equipos médicos fueron encargados además de informar cuando se identificaba a un muerto y entregar el cuerpo a la familia. También existe un procedimiento establecido sobre cómo se debe actuar en los casos de duelo: qué decir y qué hacer.

Del Alamo asegura que “el siglo XIX es de las ciudades. Y los responsables tienen que dar explicaciones a sus ciudadanos. Deben responder por la seguridad pública y sanitaria”. Antes de subir nuevamente al ascensor preguntó cuantas personas podía llevar.

Proponen crear un número único para emergencias

Buenos Aires soportó, en los últimos años, varias catástrofes de magnitud. Fue escenario del atentado contra la embajada de Israel, del ataque contra la sede de la AMIA, de la caída del avión de LAPA y del incendio en la discoteca República Cromañón. Muchas muertes en diferentes gobiernos, pero con una denominador común: la imprevisión.

En todos los casos hubo gente en esos lugares que no tenían nada que hacer
, voluntarios improvisados que se convertían en rescatistas, curiosos que dificultaban las tareas de bomberos, policías y del personal sanitario. Cómo si la sucesión de tragedias no hubieran servido para nada. No hubieran dejado ningún aprendizaje.

Siguiendo el modelo de Madrid, el Ministerio de Gobierno de la Ciudad impulsa también la creación de un mando unificado para coordinar las tareas de todos los organismos que intervienen ante una situación de emergencia: Defensa Civil, SAME, Guardia de Auxilio. Lo ideal sería también que se sumaron Bomberos y Policía Federal, pero ambos dependen del gobierno nacional, a través del Ministerio del Interior.

Uno de los primeros pasos es la creación de un número telefónico de tres dígitos y gratuito que atenderá cualquier requerimiento ante una emergencia en la vía pública: un muerto en la calle, un accidente, un incendio. Eso permitirá otorgar una respuesta más rápida y disponer en forma más organizada de los recursos disponibles. Un sistema de cámaras y videos permitirá observar en tiempo real lo que ocurre en el lugar de la emergencia. Y un adecuado sistema de comunicaciones permitirá “gerenciar” la gestión de la tragedia y coordinar a todos los sectores involucrados.