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SALIDA DE EMERGENCIA

Una historia contada en el lenguaje de la música

MILES DAVIS 20210927
MILES DAVIS | SHUTERSTOCK-CEDOC

The music written by Miles Davis he calls “So What” (La música compuesta por Miles Davis, que él llama “So What”).

Robert Herridge se toma menos de cuatro segundos en cámara para presentar con esas palabras al quinteto del trompetista antes de que comenzara a interpretar ese suavemente demoledor tema, el primer corte del álbum “Kind of Blue”, publicado por Columbia en agosto de 1959.

La grabación era parte de la serie de programas The Sound of Jazz, que Herridge, un creativo productor de la cadena CBS, lanzó en diciembre de 1957 para ayudar a consolidar un sonido que no era tan fácil de aceptar. El jazz había dejado de ser una música de salón de baile y se encaminaba, complejo, a los clubes y estudios de grabación donde gente como Davis podía dar rienda suelta a sus notas sin temor a ser abucheados. 

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El 2 de abril de 1959, el trompetista llegó al set del canal para registrar un episodio especial del programa, “The Sound of Miles Davis”, que Herridge describió en pantalla como “una historia contada en el lenguaje de la música”. El show se emitió finalmente el 21 de julio de 1960 y el segmento de “So What” se puede ver y escuchar en YouTube. 

Herridge había desarrollado antes una colección de programas de “teatro abierto” para los cuales convocaba a un grupo de actores y actrices y los “largaba” a un escenario crudo para improvisar alrededor de textos clásicos mientras eran seguidos por varias cámaras en diversos ángulos. Con “The Sound”, el productor quiso hacer lo mismo, pero con músicos de jazz. 

El video de “So What” es testimonio de un éxito glorioso de la fórmula de Herridge. A cargo del director de teatro y cine Jack Smight, las cámaras en efecto capturaron el clima de manera múltiple, envolviendo las delicadas chispas que se sacaban Davis, John Coltrane en saxofón, Wynton Kelly al piano, Paul Chambers con el contrabajo y en la batería Jimmy Cobb. 

De alguna manera, Smight logró encapsular para la eternidad momentos de una perfección imperfecta. En particular, cuando -a los nueve minutos de música-, Miles se corre del centro del escenario y le hace lugar a Coltrane para su solo. Comentar el solo no tiene sentido: ¿qué más se puede decir de la belleza generada por Trane?

Lo que sí es impagable es ver a Davis paradito atrás, fumando un cigarrillo, conversando con músicos de la orquesta de Gil Evans y mirando de reojo a Coltrane. ¿Que pasaría por la cabeza de Miles? (Su relación con el saxofonista siempre fue bastante rocosa). ¿Son esas miradas de odio? ¿De amor, envidia, admiración o desprecio? 

Después de terminar de escuchar la pieza registrada por Herridge y Smight, la respuesta a las especulaciones posibles (“Miles estaba celoso”/”Miles estaba azorado”) es sencilla: “So what?”