La imagen de Wanf Manfu recorrió el mundo entero. Con tan solo 10 años, demostró que no existen obstáculos para poder alcanzar los objetivos que se traza. A pesar de la inclemencia del clima y del largo camino que separa a su casa de la escuela, alrededor de 4.5 kilómetros, decidió dirigirse al centro de estudios.
El profesor se sorprendió al verlo llegar el pasado lunes con el pelo congelado y decidió tomar la fotografía que ya ha sido compartida cientos de miles de veces en las redes sociales. “Llegó con su pelo y cejas completamente congelados, lo que desató las risas de sus 16 compañeros”, contó Fu Heng, director de la escuela primaria Zhuan Shan Ba, al diario China Daily.
Heng aprovechó la difusión del caso para dar a conocer las condiciones en las que reciben clases los chicos. Expuso que las aulas no tienen calefacción y que incluso se le congelan las manos a los estudiantes.
A pesar de eso, al pequeño Wanf Manfu le encanta asistir a la escuela. Al ser entrevistado aseguró: “Amo la escuela. Nos dan pan y leche para el almuerzo, y aprendemos muchas cosas en la clase”.
La situación que vive el infante es muy precaria y al igual que otros niños vive en una cabaña con su abuela y su hermana más grande, ya que sus padres tuvieron que migrar a otras ciudades para poder trabajar y llevar el sustento a su hogar.
Todo esto ocurrió en Zhaotong, zona rural de la provincia de Yunnan, en el suroeste de China. Su historia desató una ola de solidaridad y llamó la atención de las autoridades y habitantes de las ciudades ricas.
La Fundación China para el Desarrollo de la Juventud de Yunnan lanzó el martes una campaña de donaciones para los niños de familias más empobrecidas y prometió dar a cada niño necesitado 500 yuanes (75 dólares) para que puedan soportar el crudo invierno.