Las cámaras de seguridad de un restaurante en China captaron la escena. Un niño de cuatro años se cae de frente contra el suelo, luego de que una clienta embarazada le pusiera el pie para que perdiera el equilibrio. La mujer habría actuado para vengarse del nene, quien al ingresar al local la golpeó, sin darse cuenta, con una de las cortinas de plástico.
Enojada, cuando el niño regresa corriendo, percibe la oportunidad perfecta para descargar su ira y es entonces que extiende su pierna. De inmediato, el pequeño cae al piso y es auxiliado por su madre. Los paramédicos que lo atendieron aseguraron que sufrió un traumatismo menor.
La historia no terminó allí. El niño le contó a su madre lo que había ocurrido y ella decidió revisar la grabación del local, del que es propietaria. Así descubrió la lamentable escena y llamó a la policía. "Primero pensé que mi hijo se había tropezado, pero luego me dijo que la mujer lo había hecho caer, y otros clientes lo confirmaron", dijo a un medio local, según consigna The Washington Post.
El incidente ocurrió el pasado 19 de abril en la ciudad de Baoji, provincia de Shaanxi, sin embargo el video fue subido a las redes sociales recién este fin de semana y ya acumula más de 67 millones de visualizaciones. La mayoría de los comentarios de los usuarios son de repudio hacia el accionar de la embarazada.
Trascendió que luego de todas las críticas que recibió, especialmente en las redes sociales, y de la cobertura que le dieron al hecho los medios chinos, la mujer embarazada decidió entregarse a la policía y además se disculpó con la madre del nene. Fue sentenciada a diez días de cárcel, pero la medida fue suspendida por tener siete meses de embarazo. En cambio, debió pagar una multa de 158 dólares.