Perfil
CóRDOBA
Mano a mano con el DT de Instituto

El fútbol según Franco

El entrenador del equipo albirrojo profundiza sobre lo bueno y lo malo de este deporte y confiesa a qué días futboleros le gustaría volver en el tiempo.

Darío Franco
Darío Franco en La Agustina, el predio de Instituto. | Fino Pizarro
Darío Franco comienza su charla con PERFIL CORDOBA analizando sus primeras semanas al frente del plantel de Instituto: "El análisis es positivo desde la actitud. Creo que el equipo ha mostrado un gran compromiso en tratar de llevar a cabo lo que se trabaja". "Lógicamente que es más difícil atacar bien, elaborar mejor y crear situaciones y en eso estamos trabajando, porque ha sido muy flojo, salvo los primeros 20 minutos contra Deportivo Morón”, añade.
Sincero, pensante, analítico, el DT albirrojo; y en ese contexto se desarrolló un diálogo sobre algunos de los tantos ítems que propone este apasionante deporte del fútbol. 

—¿Qué es para usted el fútbol? 

—Junto a mi familia, es mi vida. Le he dedicado gran parte de mi tiempo, de mis años, desde que empecé a jugar. Ocupa una parte importante. 

—¿Si tuviera que destacar lo mejor de este deporte? 

—Lo mejor del fútbol es el jugador, porque son los protagonistas, son los más sanos, los que juegan, te hacen reír, llorar. Todo parte del jugador. 

—¿Y lo peor del fútbol? 

—Uh, no sé qué decir –piensa durante varios segundos... En mi experiencia y... otros largos segundos pensando-, sí, sí, veo algo malo, y es que hay muchos dirigentes en el fútbol argentino que desconocen de “fútbol”. Siendo la cabeza de un club, deberían tener más conocimiento para poder manejar una institución, siempre refiriéndome al área del fútbol, por supuesto. 

—A propósito del jugador que dijo antes, ¿extraña jugar profesionalmente? 

—No, no extraño, pero sí me gusta estar dentro de la cancha. Disfruto el día a día de la práctica, entrenar, armar los ejercicios, ayudar a que los chicos los puedan llevar a cabo y mejorar, y ver cómo lo hacen y mejoran. No extraño jugar, porque creo que me retiré en el momento justo, jugando, siendo titular. Aunque, tal vez, podría haber seguido un par de años más, sinceramente lo digo, y hubiese tenido la continuidad que hubiese querido. 

—Si le dieran la chance de volver el tiempo atrás y elegir dos días para regresar, uno como jugador y otro como DT. ¿A qué días volvería? 

—Como jugador volvería a aquel partido que me fracturé (17 de junio de 1993, Argentina-Bolivia, Copa América de Ecuador). Aunque realicé un gran esfuerzo y no me recrimino nada, hice lo imposible para volver a estar, pero no me alcanzó para ir al Mundial. Volvería el tiempo atrás en aquella jugada, porque la posibilidad del Mundial estaba cerca. Y como entrenador me gustaría volver al vestuario de Instituto previo al partido con Ferro (23 de junio de 2012). 

—¿Y cambiaría algo de ese partido con Ferro? 

—No jugamos bien, nos traicionaron los nervios, la ansiedad. Se puede decir que se planteó mal el partido, muchas cosas se pueden decir ahora, pero lo cierto es que no hicimos un buen partido y Ferro lo aprovechó muy bien. 

—¿Cómo cree que a usted lo considera el “mundo del fútbol”? 

—Como medio loco por los gestos que hago y los gritos. Así me ve la gente, creo. Y como entrenador no lo sé, no lo podría decir yo. Lo que sí sé es que todos miden los rendimientos, de los jugadores y entrenadores, por los resultados que dan. Entonces, midiéndolo desde ese lugar, me ha ido regular, bien y mal. 

—En relación con los resultados, no logró el ascenso en Instituto, pero su regreso generó una expectativa grande. ¿Por qué? 

—Es que todo lo bueno que pasó duró un año. Fue muy largo lo bueno, se disfrutó mucho, estar en el primer puesto compitiendo con River, las apariciones de los chicos, cómo jugaba el equipo; y lo malo fue el último partido del año. Entonces, la mayoría de la gente lo ve como un fracaso, pero sería ingrato verlo así, porque estaríamos dejando de lado todo lo anterior.

Mirando a “La Agustina”

E l 17 de septiembre se jugó la primera fecha del actual campeonato de la Primera B Nacional. Instituto debutó de local ante Guillermo Brown de Puerto Madryn y el por entonces entrenador Gabriel Gómez en su once inicial solo puso dos jugadores surgidos del club, aunque ya consolidados: "Maxi" Correa y Guido Mainero. Esta situación llamó la atención, en un contexto donde el trabajo que se lleva adelante en las divisiones inferiores de "la Gloria” es muy elogiado. Con la llegada de Darío Franco, en tan solo dos encuentros (1-0 contra Deportivo Morón y 0-0 frente a Atlético de Rafaela) en sus formaciones han sido titulares y han tenido varios minutos los pibes Malcom Braida, Mateo Klimowizc, Facundo Castelli y Claudio Roldán. —Al confirmarse su llegada, los DT de inferiores celebraron porque entienden que usted les dará más posibilidades a los pibes del club. ¿Lo toma como una responsabilidad o una presión? —La responsabilidad es la normal que tiene cualquier entrenador y en nuestro fútbol todos estamos acostumbrados a convivir con la presión. Estamos viendo a los chicos, algunos nos están sorprendiendo y seguramente los pondremos cuando veamos que puedan jugar. —En dos partidos hizo ingresar a algunos pibes. —Es cierto. Algunos los hemos puesto por necesidad y han satisfecho las expectativas. En los casos de “Caco” (Malcom Braida) y Claudio (Roldan) han respondido muy bien. Otros están para integrar el plantel. Al tener muchos jugadores es mejor que sigan en sus categorías, aunque aprovechamos para verlos cuando tenemos prácticas de fútbol.