Emmanuel Alvarez, Director del Hospital Mariano y Luciano de la Vega de Moreno de la provincia de Buenos Aires, publicó este lunes 26 de abril una extensa y emotiva carta en sus redes sociales, en la que explica la situación crítica que se ve en los hospitales del Conurbano por la pandemia de coronavirus, con un pedido expreso para “reducir drásticamente” la circulación de personas porque el sistema está colapsando.
“Un grito desesperado desde el Conurbano” se titula el escrito que publicó el médico y titular de ese centro de salud. “Es grito porque no se oye la voz de la mayoría, es desesperado porque no hay calma donde reina la muerte, es desde el conurbano porque trabajo en Moreno, tierra “africanizada” desde donde la comunidad y el equipo de salud es ejemplo de lucha contra el COVID”, comienza la misiva.
“No es sólo mío, es el grito de los que estamos en la trinchera del hospital público o clínica de este u otro lado de la General Paz, de todos los que perdimos seres queridos, rezamos por un hermano o una madre enferma, de todos los que tememos el contagio”, dice Alvarez.
El pedido, dice, es para volver a fase 1, “para reducir drásticamente la circulación de personas, disminuir aceleradamente los contagios y la ocupación de camas porque en esto se nos va la vida”. En ese sentido, advierte que el sistema ya está colapsando. “Les pido que nos crean que no es un capricho, una postura ideológica o algún tipo de oportunismo. Lo que estamos viviendo adentro de los hospitales estos últimos días no lo vivimos jamás. El sistema está colapsando”.
Al respecto, Alvarez advierte que es importante reducir la circulación para evitar impactos más profundos de la pandemia, al tiempo que aclara que incluso en los países más desarrollados hubo colapso. “Quizás ya sea tarde para evitar el colapso pero si puede menguarse y evitar que la segunda ola se sostenga alta. En la mayor parte de los países, incluso en los más desarrollados, hubo colapso, incluso luego de haber tomado las medidas de restricción más fuertes y aún siendo países con vacunación avanzada”.
El médico de Moreno describe además cómo viven la segunda ola de la pandemia, sobre todo con la incidencia de las nuevas variantes del virus, mucho más contagiosas. “La nueva ola es mucho más contagiosa y mucho más letal. La circulación de las cepas de Manos y Británica en el AMBA es un hecho y está demostrado estadísticamente que la cepa brasilera, por ejemplo, ha matado en su región en 3 meses lo que en un año”, dice.
“Nosotros lo vemos todos los días, casos más agresivos, en personas jóvenes, muchas de ellas sin factores de riesgo conocidos. A diferencia de la primera ola los contagios en edades infantiles y en mujeres embarazadas están aumentando”, cuenta.
Alvarez explica que Moreno, en diciembre de 2019, recibió un sistema de salud con ocho camas de terapia intensiva operativas del sector público para más de 650 mil personas. “Esta semana que pasó terminamos de abrir la cama de terapia número 53 (y vamos por más) ya que se instaló el nuevo hospital modular y se triplicó la cantidad de camas de UTI del centenario Hospital Mariano y Luciano de la Vega. Más de 500 trabajadores de la salud nuevos”, cuenta, aunque dijo que llegará un momento en el que no será suficiente.
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“Solo el tiempo dirá cuánto más podamos resistir. Tienen que entender todos y todas lo que significa este colapso, y lo que significará si este colapso empeora como un Titanic que se hunde sin dar a tiempo a subir a los botes. El colapso son nuestros compañeros/as de trabajo muertos/as, son los cada vez más pacientes jóvenes de entre 30 y 50 que están intubados y se nos van de las manos, las cepas mutantes circulantes, la mayor incidencia en niños y niñas internados, son los llamados de seguimiento a domicilio que nunca llegan, son las ambulancias paradas en las puertas de las clínicas esperando una cama que no va a llegar y el tubo de oxígeno que se va acabar, son las ambulancias que no van a llegar, los muertos en las casas, en las calles, los muertos que morirán sin respirador”, escribe el profesional de la salud.
Esto, apunta, eventualmente llegará a las provincias, y plantea un panorama mucho más complicado. “Y esto es ahora, en el AMBA, si, en la Ciudad más “rica” y en el conurbano “pobre”, pero sepan todos que somos un dique de contención para las provincias. Cuando el virus, con esta letalidad y esta virulencia, alcance a las provincias y distritos más pobres del país, aquellos territorios donde hay un escaso o nulo sistema de salud, aquellos lugares donde no hay más oxígeno que en el aire, o donde no hay casi agua para tomar, aquellas provincias que tienen peores y mayores problemas de salud en la población, donde no hay un solo médico en decenas de kilómetros ¿Qué harán, que haremos ?”, se cuestiona.
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Por último, Alvarez señala: “Tenemos que entender que no puede ser tema de discusión lo que dice una “minoría intensa” frente a una mayoría más sutil pero con una voluntad férrea de vivir y salvar. Tiene y debe haber rectoría del Estado Nacional, del Ministerio de Salud. La autoridad se la dan los cientos de miles de familiares y amigos que han perdido y están perdiendo todos los días a un ser querido”.
“Les pedimos a gritos que frenen los contagios y el colapso en marcha, ya saben cómo hacerlo, TODOS. Una persona enferma, que una familia en duelo, que un muerto, no pueden trabajar y que la condición base para trabajar y producir riqueza es estar sano, luchar por eso, que para despertar primero hay que saber dormir, que la economía es una actividad humana y sin salud no hay humanidad posible”, agrega.
Y finaliza: “Nosotros y nosotras seguimos acá en esta trinchera, no tenemos tiempo para llorar a pesar de que tenemos razones, pero no les vamos a dar el gusto, no vamos a permitir que a ningún habitante de esta tierra le falte oxígeno, un respirador, o al menos, una cama donde morir cuidado y dignamente acompañado”.
AG CP