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Reportaje fotográfico

El Ojo de Perfil: "A 20 años de la crisis del 2001"

El corralito, los cacerolazos, las protestas espontáneas bajo el lema “que se vayan todos”, los saqueos, la represión y las muertes marcaron aquellas jornadas caos en las calles de Buenos Aires. Galería de fotos

El Ojo de Perfil: "A 20 años de la crisis del 2001"
El Ojo de Perfil: "A 20 años de la crisis del 2001" | Pablo Cuarterolo

Se cumplen por estos días 20 años del momento más dramático de la historia argentina reciente. El corralito, los cacerolazos, las protestas espontáneas bajo el lema “que se vayan todos”, los saqueos, la represión y las muertes marcaron aquellas jornadas caos en las calles de Buenos Aires.

La crisis se desató el 1 de diciembre del 2001 cuando el presidente Fernando De La Rúa, a instancias de su ministro de Economía, Domingo Cavallo, impuso el corralito, a fin de frenar la fuga de dólares del sistema bancario. El malestar social fue creciendo en las semanas siguientes, culminando con el estallido popular del 19 y 20 de diciembre. Si bien la crisis tuvo su epicentro en la Plaza de Mayo, las manifestaciones se extendieron por todo el país.

La declaración del Estado de Sitio en la noche del 19, tras las protestas que había tenido lugar durante toda la jornada, determinó la movilización espontánea de miles de ciudadanos que, haciendo sonar sus cacerolas, comenzaron a instalar la idea del “que se vayan todos”, consigna que mostraba el desencanto de la población con su clase dirigente. Las protestas se extendieron también durante la jornada del 20, cuando se desató una fuerte represión que determinó la renuncia del presidente y dejó un saldo de 38 muertos y cientos de heridos.

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La crisis del 2001 expuso miserias y mezquindades, dejando heridas que todavía no han cicatrizado.

Tenía veintidós años cuando me toco realizar esta cobertura. Había comenzado a trabajar como reportero grafico en el año ‘98, y alguna cobertura de relevancia había realizado, pero no como ésta, de semejante magnitud y trascendencia. No tengo dudas de que a los fotógrafos de mi generación, que nos toco estar registrando los trágicos sucesos del 2001, nos ha marcado.