El Congreso unicameral de Perú quedó lejos de reunir los votos necesarios para que prosperara la moción de vacancia del presidente de la república, Martín Vizcarra, quien de ese modo continuará en el cargo. La destitución del mandatario consiguió apenas 32 votos, muy lejos de los 87 necesarios para aprobarla, y aún de los 65 con que el viernes pasado fue admitida la moción para su debate y votación.
En cambio, 78 legisladores rechazaron la iniciativa y otros 15 se abstuvieron, en tanto cinco estuvieron ausentes, según la transmisión en vivo de la televisora oficial del Congreso. Con el resultado puesto, el jefe del gabinete, general Walter Martos, afirmó que “hubo conversaciones con algunos líderes políticos antes del proceso” de vacancia, pero aseguró que “no hubo ningún tipo de conversación bajo la mesa”, según la radio RPP.
La votación se inició alrededor de las 21.30 (las 23.30 en la Argentina), al cabo de una prolongada sesión -realizada de manera remota- iniciada por la mañana, con la presentación voluntaria de Vizcarra ante el pleno del parlamento.
El debate sobre la moción de vacancia duró poco más de siete horas y una vez que concluyó, antes de votarla, el Congreso insumió cerca de una hora y media en una breve discusión y dos votaciones sobre una reforma a la legislación sobre financiamiento de los partidos políticos, que fue aprobada.
“Me presento aquí ante ustedes, a pesar de que muchas personas me dijeron que no lo hiciera porque mi presencia podría avalar un procedimiento que no respeta la ley”, indicó el mandatario a la hora de presentarse ante los legisladores.
“Es importante darle una señal a la población de que nuestra democracia debe ser fuerte; a pesar de las opiniones, y de los discrepantes, lo más importante es venir a dar la cara”, añadió.
El viernes 11, una mayoría simple aprobó la moción de vacancia que inauguró el juicio político tras la presentación de una serie de grabaciones en las que supuestamente Vizcarra pide a dos asesoras que mientan ante una comisión que investigaba la contratación aparentemente irregular de un cantante.
“Reconozco que es mi voz, lo que de ninguna manera voy a aceptar son las acusaciones que se me realizan y la forma tendenciosa en la que se viene presentando la información” porque “son audios de los cuales no se demuestra su validez” y no fueron “peritados ni contrastados”, dijo Vizcarra ante el parlamento.
Luego, su abogado, Roberto Pereira, pidió a los legisladores en su alegato que “se desestime el pedido de vacancia por la causal de incapacidad moral” porque es evidente que la moción carece “de una mínima elemental tipificación de los hechos”.
“Para poder quebrar la voluntad popular, para sacarlo del cargo, tienen que ser hechos absolutamente objetivos y graves”, agregó. Tras hacer su descargo, Vizcarra viajó a Trujillo, la capital del departamento norteño La Libertad, desde donde pidió a los congresistas que pensaran “en su región, en las deficiencias de su región” y los exhortó a trabajar “juntos para forjar el desarrollo”, sin postergar “las decisiones” necesarias.
La ley no obligaba a Vizcarra a defenderse personalmente, pero igual lo hizo junto a su abogado, Roberto Pereira, tras el pedido público de ocho de las nueve bancadas del Parlamento para que diera explicaciones.
Perú es lejos el país con la mayor tasa de muerte por coronavirus por habitantes, según la universidad estadounidense Johns Hopkins, y se encamina hacia la segunda mayor recesión en la región, solo superada por Venezuela, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) de la ONU. Desde que fuera admitido en la Constitución en la reforma de 1993, es la cuarta vez que se puso en marcha un proceso de vacancia de un presidente, y la tercera dentro del actual período quinquenal de gobierno. El primero se produjo en 2010 y derivó en la destitución de Alberto Fujimori, quien días antes había renunciado al cargo desde Japón.
El antecesor de Vizcarra, Pedro Pablo Kuczynski, fue sometido a dos procesos de vacancia en tres meses y tras salir airoso del primero, en diciembre de 2017, renunció en marzo de 2018 para evitar ser destituido. Entonces fue sucedido justamente por el mandatario hoy juzgado, que era su primer vicepresidente.
Asimismo, este Congreso es el segundo del actual período y fue elegido en las urnas en enero pasado, luego de que Vizcarra disolviera el anterior en septiembre de 2019, en uso de la facultad constitucional que le permite hacerlo si el parlamento deniega la confianza al gabinete por segunda vez en un mismo mandato.
AFP/HB