INTERNACIONAL
Grave crisis política

El Congreso de Perú pone contra las cuerdas a Martín Vizcarra

Debatía si destituye al presidente por supuesta “incapacidad moral”. Aunque llegue a sobrevivir, el golpe reputacional amenaza su legado.

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Sobreviviente. Para seguir en el cargo necesita que los diputados no logren la mayoría absoluta. | afp

El Congreso debatía ayer la destitución del presidente Martín Vizcarra. Una moción de vacancia por presunta “incapacidad moral” se discutía al cierre de esta edición. Si bien los diputados no alcanzaban aún los 87 votos necesarios para desalojarlo del poder, la incertidumbre política crecía en Perú. Aunque Vizcarra sobreviva al proceso, su reputación y legado anticorrupción quedarán profundamente dañados.

El proceso desnudó, una vez más, las pujas de poder entre el jefe de Estado y el Poder Legislativo. Esa disputa no tuvo tregua durante la pandemia, que dejó más de 750 mil infectados y 31 mil muertos. El jefe de Estado sorprendió al acudir al hemiciclo para pronunciar su alegato de defensa, acompañado por su abogado Roberto Pereira. El caso que tenía a su gobierno al borde del precipicio comenzó con la difusión de unos audios, grabados por su ex secretaria privada, Karem Roca, donde el mandatario y sus colaboradoras coordinaban cómo serían sus declaraciones ante el Ministerio Público y la Comisión de Fiscalización del Parlamento, en investigaciones por un supuesto tráfico de influencias en la contratación de un cantante, Richard “Swing” Cisneros. 

Vizcarra reconoció ante el pleno del Congreso que su voz se escucha en uno de los audios, pero enfatizó que no aceptará las acusaciones y la “forma tendenciosa en la que se presentó la información”. “Pregunto: ¿Cuál es el delito? Con esto no quiero decir que no debe investigarse, por el contrario, soy el primer interesado en que se analicen todos los detalles, que se contrasten las versiones, se verifique la información, y se llegue hasta el fondo de la verdad, y si hay responsabilidad, que la instancia correspondiente lo determine”, sentenció.

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La disputa entre Vizcarra y el Congreso comenzó apenas asumió el primer mandatario en 2018, tras la renuncia de Pedro Pablo Kuczynski, quien estaba a punto de ser desplazado por el Poder Legislativo. Desde el primer día, Vizcarra levantó la bandera de la lucha anticorrupción e impulsó una reforma política para prohibir la reelección de los congresistas. Con las encuestas a su favor, el mandatario, sin partido político propio ni bancada legislativa, parecía torcer la mano a sus adversarios, liderados por el fujimorismo y el aprismo del ex presidente Alan García. Sin embargo, la pandemia y la cercanía de elecciones generales en abril de 2021 modificó la correlación de fuerzas. En Perú, la Constitución habilita al Congreso a destituir al presidente y a su gabinete. Si bien también faculta al mandatario a disolver el Congreso, prohíbe esa posibilidad en el último año del mandato de los legisladores. Ante esa asimetría de poder, los diputados avanzaron con la moción contra Vizcarra, con la seguridad de que no pagarían costo político alguno. 

El presidente había disuelto en 2019 al Congreso anterior, que intentó desplazarlo en un proceso irregular, frustrado por la justicia y por las Fuerzas Armadas. Pero Vizcarra cometió un error que ayer quedó en evidencia: al no presentar listas ni forjar alianzas, quedó sin apoyos en el nuevo Parlamento y en debilidad en la próxima crisis institucional. 

 “Los audios del entorno inmediato de Vizcarra revelan un ambiente sórdido, impropio para la institución de la Presidencia de la República, y revelan, además, probables delitos”, disparó el diputado Daniel Urresti, vocero de Podemos Perú, uno de los partidos que anunciaron que votarían en contra del presidente.

Golpe reputacional. Aunque supere la moción de vacancia, Vizcarra quedará golpeado y su horizonte político tendrá más sombras que luces. Sin sucesor ni partido, el político, que saltó de Moquegua, un distrito del interior del país, a la vicepresidencia y, de allí, a la cúspide del poder, parece haber dejado en el pasado su luna de miel con la opinión pública. 

“Esto afectó al presidente en su credibilidad. Es un golpe reputacional, que en general suele tener más impacto a mediano que a corto plazo. Mi sensación es que esto complicará su posibilidad de mantenerse como una figura relevante después del mandato porque no tiene sucesor”, explicó a PERFIL una fuente de su entorno.

Sin una proyección de futuro, Vizcarra lucha hoy en varios frentes: enfrenta una pandemia que devastó al país; una caída de la economía del 14% en 2020, según proyecciones del FMI, y una enorme desigualdad, que afecta principalmente al 71% de los trabajadores que están en la informalidad; y una prolongada crisis política. El presidente tiene chances de sobrevivir y continuar en el poder, pero el vizcarrismo, si alguna vez existió, no goza de tan buena salud.

Presidente

1 Martín Vizcarra asumió en marzo de 2018, tras la renuncia de Pedro Pablo Kuczynski.

2 Sin una bancada propia, el mandatario impulsó una reforma política para licuar el poder del fujimorismo en el Congreso.

3 También apoyó las investigaciones judiciales del Lava Jato y levantó la bandera de la lucha anticorrupción.

4 Disolvió el Congreso en septiembre de 2019, al sostener que le había denegado una cuestión de confianza. Llamó a nuevas elecciones parlamentarias.

5 Logró erosionar el clivaje fujimorismo-antifujimorismo, pero no supo reemplazarlo por otro ni institucionalizar el poder que emanaba de sus altos índices de aprobación popular.