OPINIóN

Psicoterapia a un miliciano de Hamás

No vacilan en destruir, gozan con la crueldad, sus razonamientos colisionan con la sociedad. Vivir a sangre fría: ¿qué tiene en la cabeza un terrorista palestino?

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Grupo terrorista Hamás. | X @valezeta1

Cuando creías tener todas las respuestas, resulta que nada más difícil y lleno de sorpresas que meterse en la cabeza del otro, sobre todo si se trata del adusto miliciano del Hamás.

¿Es posible navegar en la ciénaga de la psicología de un terrorista sin estar obligados a adosarle fácilmente una serie de atributos? Eso no lleva a entender la lógica de una compulsión hacia el exterminio, para poder saber qué hacer y que nunca jamás Hamás.

Esos atributos sabemos esgrimirlos con facilidad a medio mundo y hasta a nosotros mismos.

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  • Son malignos y tomados por su odio, no vacilan en destruir. 
  • Son perversos sumidos en el goce de una crueldad sin medida, de la que las hienas carecen. 
  • Son locos por la anormalidad de sus desatinados razonamientos y acciones, que dan de bruces con la prudencia necesaria para la convivencia, el agradecimiento o la ternura.

Pero, ¿son verdad? “¡No! Son gente común” dicen los que investigaron los campos nazis y los gulags estalinistas: Primo Levi, Tzvetan Todorov, Hanna Arendt, Alexzandr Solzhenytsin y otros más.

“Es como para matarlo” y “me quiero matar” son frases en que nos reconocemos, pero tras la licencia poética, hay quienes ceden a toda contención moral y se precipitan a realizar su acto canalla: “Lo hago porque puedo”. Pero hay quienes - llámese el impacto de lo civilizatorio, bien llamado educación - pueden decidir y desistir con un rotundo: “¡No!” 

Psicoterapia a un miliciano de Hamás 

Entonces me permito sugerir poner entre paréntesis nuestras reacciones viscerales de repudio y furia, para dar el salto que pretende capturar y entender la “lógica” (razonamiento, creencias, pertenencia, imaginario) de cómo esa “inmoralidad” se torna realizable

Para empezar, hacen falta sus ejecutores, como los que en el reverdecido desierto del Neguev, un 7 de octubre del 2023, se ensañaron con su población civil. 

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¿Cómo es posible que parte de la izquierda y también de la derecha occidental vociferen juntos, desde universidades y en las calles, el ansia de arrasar Tel Aviv y conquistar “Palestina desde el río al mar”?

Cuesta entender a esa avanzada que se asume progresista, pero, ¿no será que retroceden? Tanto Israel como Egipto se sacaron de encima a Gaza y se aíslan totalmente de ella. 

Los palestinos eligen su gobierno y luego tienen a Hamás por casi 20 años de dictadura haciendo de sus ciudadanos una población cautiva, temerosa y silenciada. Su Constitución tiene un solo fin: destruir a Israel -un estado reconocido internacionalmente-  y vaciarlo de sus habitantes. La misma intención genocida del declarado Estado terrorista de Irán, que los arma y financia.

De todas las guerras desde que se creó, Israel no inició ninguna, pero triunfó en todas. Pese a tantos intentos. No se dejó exterminar. Sigue siendo la única democracia en Medio Oriente y como decía Raúl Alfonsín: “Nada se encontrará fuera de la democracia, sino el horror”. 

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Hamás nunca pensó en crear una nación democrática. Alguien diría, ¿pero si la Franja de Gaza es apenas un territorio minúsculo de 365 km2? Hay otros 30 Estados por debajo de los mil kilómetros cuadrados, algunos más pequeños que Gaza, donde prosperó la industria armamentista y misilística. 

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Hamas. Terrorismo en Medio Oriente. 

Nada de industrias ni cloacas y sí enviar miríadas de misiles sobre la población civil del país vecino. Convocan con ello a recibir réplicas, que poco les conviene. A diferencia de Israel, no hay refugios para la población civil y sí para los milicianos bajo hospitales, escuelas y edificios de la UNRWA (Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo) o en su “subway”. Ninguna previsión de alimentos para los civiles, ya que capturan la ayuda externa, sirviéndose primero. Y lo dicen sus dirigentes: de la población se ocupa Occidente y también su archi enemigo. 

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Hasta hace poco sabían cruzar 65.000 al día a trabajar a Israel y muchos niños y adultos de Gaza recibían tratamiento médico en sus hospitales. Incluso un asesino miliciano del 7/10 está aún internado en terapia intensiva en un hospital israelí. Toda una diferencia. 

Ese es el dolor palestino pues, impulsados a creer que su infortunio se debe a los judíos, con la única ficcional esperanza de destruir la “entidad” sionista. Vemos lo que acontece con millones de refugiados hoy día, que deben abandonar sus hogares y sus ciudades: reciben la ayuda de ACNUR hasta recolocarlos en otros países. 

En cambio, en Gaza la ayuda de la UNWRA se hace eterna, así como su condición de refugiados por cuatro generaciones. Hasta en Ucrania, mordida por las fauces soviéticas, su gobierno alimenta, atiende en hospitales y refugia a su población y produce. 

¿Quién simpatiza con los millones de refugiados y desplazados en Sudán o en Siria? No aquellos que, ignorando y desmintiendo muchos datos reales y accesibles, prefieren crear “colectivos” identitarios al costo de limitar su pensamiento con una mirada sesgada. Por ello vemos no pocos que ignoran y se abstienen de denunciar las violaciones, abusos y asesinatos a degüello de las mujeres judías, incluso de las iraníes, ucranianas y afganas. 

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Quizás no se exagere si, entre tantos “colectivos” variopintos, se reconociera a uno como “retroprogresista”. Un rasgo distintivo del correcto “retroprogre”, seguro te ha pasado, es que invalida tu palabra y a la par que te calla, vocifera ordenándote lo que debes pensar. 

Israel - Hamas
Franja de Gaza. Aterrador.

Israel es de un tamaño aproximado al de Tucumán en un Medio Oriente y Africa islámico, mil veces más grande. Sirve visualizar la proporción si comparamos a Tucumán- de casi la misma superficie -con todo Latinoamérica incluyendo México y todo el Caribe. Un mero 0,1%. Imaginemos que la atacaran desde las provincias limítrofes o incluso de toda Latinoamérica y siempre temieran lo que pasó realmente en Israel: la masacre de casi 1300 ciudadanos y la toma de más de cientos de rehenes. 

¿Qué harías si gobernaras Tucumán para proteger a tus ciudadanos y no sucumbir? Todo lo necesario para no dejarse masacrar. 

¿Qué hace la población de Gaza para sobrevivir? Callar. Temiendo las represalias más ejemplificadoras que puede brindar la “sharía”: lapidación de las mujeres, lanzamiento desde las alturas a los LGTBQ+, tortura y prisión a los escritores y periodistas. No pocos de tanto callar, en los diversos caminos de la vida, acaso no empiezan a pensar si lo otro no será verdad, hasta que en una lenta hipérbole se van convenciendo. Terminan siendo predicadores de esa “verdad” y tus censuradores: te aturden, te hacen callar y te segregan. Mecanismo que tan bien ilustra Orwell en 1984, con “el doble-pensar”  

George Orwell nos dejó “1984”, su profecía de un futuro gris con las manos atadas al Estado

Para vivir en Gaza hay un único trabajo, además de cavar túneles: ser un adusto miliciano. En sus 400 km2 había antes de la guerra, 40.000 o sea uno por hectárea. En la Argentina se harían casi 280 millones. ¡Muchos! Ser elegible para usar uniforme, pasamontaña y las verdes cintas de raso de aspirante a mártir, requiere de la convicción en la prédica de sus líderes, junto con el sometimiento y la identificación a ellos. 

Eso permite una grupalidad férrea e irresponsable respecto del daño que generan. Son la patota que sigue al matón en el caso del “bullying”. Los demás, como en la escuela, calladitos y “¡guay! con sacar los pies del plato”.  

Ser miliciano reporta un sueldo seguro y sostén a su familia, prioridad en el reparto de la comida que envían otros países, algún prestigio y ciertamente poder. “Es lo que hay”, pero están atrapados. No se puede salir de allí, si no es con los pies para delante. 

No son solo una fiera milicia con el enemigo, porque el enemigo también es ellos mismos. Sus mujeres quedaron sepultadas bajo la bota islámica y debieron ceder a sus conquistas feministas, como en Afganistán e Irán. Incluso en el mundo palestino, otrora más educado, culto y progresista. 

Terminan siendo predicadores de esa “verdad”, mecanismo que tan bien ilustra Orwell en 1984, con “el doble-pensar”...ser elegible para usar uniforme, pasamontaña y las verdes cintas de raso del aspirante a mártir

El dilema de esas sociedades es que no van a ceder en sus altos niveles de represión sobre su población. Los totalitarismos pugnan en ir por más dominio, se caracterizan por la corrupción, sus líderes anhelan eternizarse y lo único que los detiene, ya que no pueden desescalar por sí mismos, es el fracaso y la derrota. 

Sólo así podrá Gaza aspirar a ser una sociedad como otras, procurando hacer más habitable y segura la vida de sus ciudadanos.   

La paradoja es que la esperanza del miliciano no es triunfar y por ello sus líderes son incapaces de negociar pues no crean interlocutores, no tienen qué ofrecer -ni siquiera los rehenes capturados, de haberlos aún con vida - y por tanto tornan irreales sus reclamos. Solía decir Golda Meir que “con los que vienen a matarte, es imposible negociar”.  Es que llaman a ser destruidos. 
Pareciera entonces que, para que el pueblo palestino gazatí se salve de las garras de una pandilla criminal e impopular, ésta deba ser derrotada. Tarea que Occidente impone sobre Israel, no le queda otra pues, como dice el poeta, “…no desconoce/ su origen esclavo/ni renuncia a su destino de libertad”.

¿Por qué habría Occidente de premiar a Hamás con un estado que ellos mismos destruyeron? Debería ayudar a Gaza para que se haga habitable y productiva: agua potable, electricidad, cloacas, tecnología, productos agrícolas e industriales, turismo en sus 40 km. de mediterráneas playas. 

Que se constituya en democracia y ya no necesite exportar guerras ni que enseñe a sus niños en las escuelas de la UNRWA, esa rara aritmética en que, si tengo tres judíos y el adusto miliciano mata a uno, ¿cuántos me quedan por matar?

Que vuelvan los ejercicios con manzanas, es más sano y que nunca jamás Hamás. 

*Autor de “La tenacidad del odio y la fiesta de la vida”