Este jueves fue un día de emociones combinadas.
Tras casi dos décadas de reclamos ante el Poder Judicial de la Nación, la Sala I de la Cámara en lo Contencioso Administrativo Federal ordenó al gobierno nacional resarcir a Editorial Perfil los daños ocasionados como consecuencia de más de una década de discriminación arbitraria en la asignación de pauta publicitaria.
La contienda se inició en 2006 con un amparo promovido por Perfil, que tuvo sentencia favorable en la Corte Suprema de Justicia en 2011; un leading case en el cual el máximo tribunal ordenó al Estado nacional cesar con el trato discriminatorio.
Ahora la Justicia federal, además de declarar la existencia de una conducta ilícita en contra de la prensa, atribuye a las autoridades nacionales la responsabilidad por los daños ocasionados a la empresa al haber excluido a las publicaciones de Perfil, en forma arbitraria y discriminatoria, de la publicidad oficial asignada a medios periodísticos con líneas editoriales afines al gobierno.
La nueva sentencia señala que este tipo de conductas constituye una vulneración a las libertades de expresión y de prensa y la consiguiente violación al Pacto de San José de Costa Rica y al sistema interamericano de protección de los derechos humanos.
El fallo actual en lo Contencioso Administrativo es el que le ordena resarcir al Estado mientras que el de la Corte Suprema le ordenaba cesar con la discriminación. Pasaron cinco períodos presidenciales para que recién ahora el Estado tenga que pagar el daño económico producido por la publicidad no cursada entre 2004 y 2014.
Pero la alegría estaba empañada porque, tras haber generado jurisprudencia que benefició a todos los medios (el diario La Nación querelló apelando al mismo antecedente de Perfil) y de haber creído que se trataba de una práctica que había quedado superada en la Argentina porque durante los ocho años de los gobiernos de Mauricio Macri y Alberto Fernández se acató el fallo de la Corte Suprema, en el gobierno de Javier Milei nuevamente se discrimina con la publicidad oficial de las empresas públicas (Aerolíneas Argentinas, Banco Nación e YPF) y como anticipamos en la columna del fin de semana pasado, este jueves tuve que firmar otro telegrama dirigido a la misma Casa Rosada dando inicio a nuevas demandas.
Y a mi pesar, esta vez son cuatro juicios: por la nueva discriminación con la publicidad oficial con el patrocinio de mismo estudio especializado en Derecho Público y Regulación Económica: Cassagne Abogados. Y los otros tres con el patrocinio del estudio jurídico Biscardi & Asociados. Uno será por injurias en el marco de la campaña de mentiras y descalificaciones con la que viene atacando a los medios y periodistas más críticos y a otros periodistas de esta editorial. En igual sintonía esta semana se conoció una decisión en el mismo sentido de enjuiciar al Presidente por calumnias a injurias, de parte del periodista Jorge Lanata, tras ser calificado de “ensobrado” y otras falsedades.
Los otros dos juicios de Perfil son por una misma causa: la entrevista donde el jefe de Estado volvió a repetir esa información y volvió a anunciar (ya lo había hecho en el pasado) que esta editorial “va camino a la quiebra, así que ¡qué bueno!”. Una demanda es civil, por los daños y perjuicios que ocasiona una mentira agravada por el hecho de ser dicha por quien ostenta el mayor poder del Estado. Y otra penal, por afectar maliciosamente el desenvolvimiento de una empresa privada.
Esto es el corolario de los constantes ataques que el ahora presidente viene realizando desde hace casi dos años, en coincidencia con las investigaciones y notas de opinión que fueron publicadas en el diario PERFIL y en la revista Noticias sobre él y su fuerza política. Entre ellas, investigaciones sobre los plagios que realizó en distintos libros que firmó como propios, los vínculos esotéricos con personas y animales ya fallecidos, informaciones que daban cuenta de la existencia de denuncias que su espacio político había recibido por la supuesta venta de candidaturas o, simplemente, opiniones críticas sobre su violencia verbal o sobre aspectos de su gestión.
Pero lo paradójico e ilustrativo es que esa no era la relación de Javier Milei con las distintas publicaciones de Editorial Perfil, sino todo lo contrario. En un audio enviado a fin de 2018 a la directora de la revista Noticias, Alejandra Daiha, Javier Milei le transmite: “Yo estoy siempre para colaborar con el medio de ustedes porque es el medio que mejor te trata de todos” y repite: “Quiero que sepas que yo estoy con las puertas abiertas para hacer lo que ustedes necesiten porque la verdad es que siempre me han tratado muy bien y estoy muy agradecido por cómo ustedes se portan conmigo”. Vale la pena escucharlo en su voz; son dos minutos que el paso del tiempo transforman en incunables:
Este mismo trato que les dispensaba a los medios argentinos cuando aún no era un candidato exitoso, siquiera a diputado, es comparable al que ahora le dispensa al dueño de X/Twiter, Elon Musk, a quien fue a visitar a su empresa en Estados Unidos cuando en Argentina no recibe a ninguno de los varios CEO de las mayores empresas multinacionales que solicitaron audiencia. El poder mediático para Milei es mucho más valioso que el poder económico. Y puede permitir conjeturar cuál podría ser su plan de carrera personal el día que dejase de ser presidente.
Sobre ese tema y todos los relacionados con Milei y los medios conversamos con Jorge Lanata en el reportaje largo que se publica en PERFIL. Lanata hizo “cadena nacional” por la cantidad de reportajes que concedió, en varios medios: en TN con Johnny Viale, en Crónica TV con Chiche Gelblung, en Radio Con Vos con Ernesto Tenembaum y Romina Manguel, en C5N con Jorge Rial, en La Nación+ con Eduardo Feinmann, y con Marcelo Longobardi, además de sus tres horas diarias en Radio Mitre. Al ser de PERFIL el último, se pudieron aprovechar todas las declaraciones en las entrevistas anteriores para profundizar sobre las causas de fondo y las posibles derivaciones futuras. Su lectura también resulta imperdible para todos aquellos interesados en el periodismo y la comunicación política.
Lanata fue protagonista principal de los enfrentamientos de PERFIL con el recién nacido kirchnerimo hace dos décadas y que volvamos a coincidir en la misma acción legal con un gobierno que recién comienza es otro síntoma del fracaso que atravesamos. El reportaje se realizó el mismo jueves del fallo de la Cámara en lo Contencioso Administrativo Federal y el comienzo de los nuevos juicios. Ese día Lanata hizo la excepción de ir a un estudio de grabación cuando prácticamente no sale de su casa, y recibirlo en Perfil nos hizo revivir aquellos tiempos y, con tristeza, comprobar que en ciertas problemáticas “nada cambia” y lo que en un aspecto parece ser totalmente opuesto termina asemejándose.
