El juez Hernán Buteler condenó en Córdoba a un joven por trasmitirle VIH a su novia, fue ella quien hizo la denuncia. El acusado de 22 años fue sentenciado a tres años y seis meses de prisión efectiva por el delito de “lesiones gravísimas agravadas”.
La justicia determinó que se incumplió el artículo 18 de la ley nacional de profilaxis que define: “Será reprimido con la pena establecida en el artículo 202 del Código Penal quien, sabiéndose afectado de una enfermedad venérea transmisible, la contagia a otra persona”. Para estos casos la pena va de entre tres y 15 años de prisión efectiva.
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Ante esta situación, la fiscal Bettina Croppi adujo que el joven tenía conocimiento de que podía transmitir el virus y que no tomó las medidas preventivas necesarias para no contagiar. Por esta razón ordenó su detención y, en el juicio oral, pidió que se lo condene a cuatro años y ocho meses de prisión. Por su parte, Susana Lucero, abogada del sentenciado, pidió la absolución. El argumento de la defensa fue que era imposible determinar “quién le transmitió el virus a quién”.
La historia anterior a la condena
El acusado y la denunciante fueron novios durante un año, pero cuando ella quedó embarazada descubrió que era portadora de VIH. Poco después el vínculo se terminó y ella resolvió hacer la denuncia. Según fuentes de la fiscalía consultadas por el diario cordobés La Voz “el hombre sabía perfectamente que tiene VIH, no está enfermo de sida, y nunca tomó recaudos preventivos con una de sus últimas parejas, con quien mantenía relaciones”.
“Él no se cuidaba en lo más mínimo, debería haber usado preservativos por lo menos. La joven finalmente contrajo el virus y quedó embarazada incluso. Ya tuvo el bebé”, detallaron. Afortunadamente aclararon que “al bebé no se le detectó el virus”. En el juicio, además de la denunciante, otras parejas del acusado declararon que este joven no tomaba prevenciones a la hora de mantener relaciones sexuales.
Sin embargo, la defensa insiste: “La fiscalía lo acusó sin medios probatorios. No hay pruebas en contra de él. Es más: no está claro quién contagió a quién, quién transmitió el VIH a quién. Porque la denunciante se enteró en agosto de 2018 y mi cliente, en septiembre de ese año”.
RB/FL