“La muerte debe ser acogida, no suministrada”, son las palabras del Papa Francisco que encabezan este nuevo ejemplar del L´Osservatore Romano en lengua española. Las mismas fueron pronunciadas en la tradicional audiencia general de los miércoles en donde el Papa Bergoglio desarrolla sus enseñanzas bíblicas en el marco de la Catequesis. Desde el Aula Pablo VI, el Papa afirmó que “a los ancianos porque no tienen medios, se les dan menos medicinas respecto a las que necesitan, y esto es inhumano… Es empujarlos más rápido hacia la muerte”.
En su mensaje que se transcribe en forma completa con esta edición de L'Osservatore Romano, Francisco también manifestó en su pedagogía de la fe católica que “dos consideraciones para nosotros cristianos permanecen de pie. La primera: no podemos evitar la muerte, y precisamente por esto, después de haber hecho todo lo que humanamente es posible para cuidar a la persona enferma, resulta inmoral el encarnizamiento terapéutico (cf. Catecismo de la Iglesia Católica. 2278). Esa frase del pueblo fiel de Dios, de la gente sencilla: “Déjalo morir en paz”, “ayúdalo a morir en paz”: ¡cuánta sabiduría! La segunda consideración tiene que ver con la calidad de la muerte misma, la calidad del dolor, del sufrimiento".
"De hecho, debemos estar agradecidos por toda la ayuda que la medicina se está esforzando por dar, para que a través de los llamados 'cuidados paliativos' toda persona que se prepara para vivir el último tramo del camino de su vida, pueda hacerlo de la forma más humana posible", indicó el Papa Francisco, precisando que "debemos estar atentos a no confundir esta ayuda con derivadas inaceptables que llevan a matar", en obvia alusión a las leyes de eutanasia que se están tratando en varios países del mundo y en el propio parlamento italiano.
"Debemos acompañar a la muerte, pero no provocar la muerte o ayudar cualquier forma de suicidio. Recuerdo que se debe privilegiar siempre el derecho al cuidado y al cuidado para todos, para que los más débiles, en particular los ancianos y los enfermos, nunca sean descartados”, agregó el pontífice.
"Todavía hoy, y a alto nivel, la trata de personas es violencia", afirmó Francisco
Bergoglio hizo además una exhortación a “mantener viva la indignación contra toda forma de esclavitud y de explotación”, al considerar que “la violencia sufrida por cada mujer y cada niña es una herida profunda que nos afecta también a cada uno de nosotros” está contenida en el vídeomensaje del Papa Francisco para la Jornada mundial de oración y reflexión contra la trata de personas, que este año tiene por tema “La fuerza del cuidado. Mujeres, economía y trata de personas”. En el texto, que se publica en forma oficial en esta edición, el Santo Padre también expresó que “La trata de personas, a través de la explotación doméstica y la sexual, devuelve violentamente a las mujeres y a las niñas a su supuesto papel de subordinadas a la prestación de servicios domésticos y de servicios sexuales, a su figura de proveedoras de cuidados y dispensadoras de placer, lo que vuelve a proponer un modelo de relaciones marcado por el poder del género masculino sobre el femenino. Todavía hoy, y a alto nivel. ¡La trata de personas es violencia! Son tantas las mujeres que tienen el coraje de rebelarse a la violencia. También nosotros hombres estamos llamados a hacerlo, a decir no a toda violencia, incluida aquella contra las mujeres y las niñas. Y juntos podemos y debemos luchar para que los derechos humanos se declinan de manera específica, en el respeto de las diversidades y en el reconocimiento de la dignidad de toda persona, con especial atención a aquellos cuyos derechos fundamentales han sido violados”.
Asimismo, Francisco intervino esta semana en el programa “Che tempo che fa” de Fabio Fazio en la RAI Tre desde la Casa Santa Marta, donde contestó en diálogo con el presentador sobre "las guerras, los migrantes, la salvaguarda de la creación, la relación entre padres e hijos, el mal y el sufrimiento, la oración, el futuro de la Iglesia y la necesidad de los amigos". "El perdón es un derecho humano", indicó en esa entrevista el Papa, recalcando que "la capacidad de ser perdonado es un derecho humano. Todos tenemos derecho a ser perdonados si pedimos perdón”. La atención se centra principalmente en el tema querido por el Papa de la migración. Desgraciadamente, este tema es actual tras la reciente noticia de los 12 migrantes encontrados muertos por congelación en la frontera entre Grecia y Turquía. Para el Papa “esto es un signo de la cultura de la indiferencia”.
“Tengo amigos que me ayudan, conocen mi vida como un hombre normal, no es que sea normal, no. Tengo mis anormalidades, eh, pero como un hombre normal que tiene amigos. Tengo mis propias anormalidades, eh, pero como un hombre común que tiene amigos; y me gusta estar con mis amigos a veces para contarles mis cosas, para escuchar las suyas, pero efectivamente necesito amigos. Esa es una de las razones por las que no me fui a vivir al Apartamento Pontificio, porque los Papas que estaban antes eran santos, y yo no puedo, no soy tan santo. Necesito relaciones humanas, por eso vivo en este hotel de Santa Marta donde encuentras gente que habla con todo el mundo, encuentras amigos. Es una vida más fácil para mí, no me apetece hacer la otra, no tengo fuerzas y las amistades me dan fuerzas. Por el contrario, necesito amigos, son pocos, pero de verdad”, enfatizó el Pontífice.