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Elecciones en Brasil

¿Millones de ultraderechistas?

Bolsonaro no es Hitler, ni Brasil se llenó de nazis de un día para el otro.

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El candidato ultraderechista cuando votó, en Río de Janeiro | AFP

Algunas reflexiones frente al resultado de la primera vuelta de las elecciones brasileñas:
1. Brasil no tiene casi 50 millones de ciudadanos homofóbicos, militaristas e intolerantes. La avalancha de votos que recibió Jair Bolsonaro expresa mucho más el rechazo a los otros candidatos, que el apoyo a él. 
2. Es verdad que hay una corriente de “antipetismo” muy poderosa, que Bolsonaro supo canalizar, pero el candidato del PT, Fernando Haddad, prácticamente un desconocido para gran parte del electorado dos o tres semanas atrás, sacó casi el 30 por ciento de los votos (Lula mediante), mientras que los candidatos más cercanos al gobierno, Henrique Meirelles y Geraldo Alckmin apenas sumaron seis puntos entre los dos y Marina Silva, que ya disputó los comicios en 2014, un mísero uno por ciento.
3. Brasil está partido en forma transversal. Bolsonaro arrasó en el sur, pero no ganó en ningún estado del norte, en los que fue Haddad quien arrasó, como en Bahía, donde superó el 60 por ciento. 
4. Bolsonaro no es un outsider, es un político profesional desde hace décadas, que pertenece a la zona más oscura, polémica y corrupta de la política brasileña: los pequeños partidos “de alquiler” que juegan un papel indispensable para las iniciativas de los gobiernos en el Congreso, siempre a cambio de favores. Son esos partidos los que tienen el mayor número de integrantes involucrados en el Lava Jato. 
5. En la primera vuelta no presentó ni una sola iniciativa realista. La puñalada que lo dejó fuera de la campaña y de los debates lo fortaleció, porque no necesitó confrontar sus ideas.
6. El eje central de su discurso sintonizó con la preocupación de gran parte del electorado: la inseguridad ciudadana. Viendo en forma desapasionada las cifras de muertos por el crimen que ostenta Brasil, no asombra que tantas personas hayan adherido a su promesa de “meter bala” a los delincuentes. 
7. No es imposible, pero sí muy improbable, que Haddad logre revertir el resultado. Las estadísticas sugieren otra cosa. No hay antecedentes de que un ganador en primera vuelta con más del 40 por ciento de los votos haya sido derrotado en el ballotage. El candidato del PT necesitaría sumar todos los votos recibidos por los otros candidatos, muchos de los cuales fueron tan antipetistas como los que recibió Bolsonaro.