Los Frentones es un pueblo olvidado de la provincia de Chaco. Ayer, el gobernador Jorge Capitanich fue a relevar obras allí, sin avisar. Se cruzó a la Escuela N°950 Carlos Alberto Delgado, y tuvo un fuerte cruce con un maestro que lleva digno su guardapolvo blanco: Alí Mohamed Acuña, quien, de manera educada y firme reclamó al mandamás chaqueño por la falta de agua y por viejas demandas, como salarios atrasados. Cuando la conversación subió de tono, aparecieron los celulares. De inmediato la indignación del maestro y la falta de respuestas de Capitanich se viralizaron.
Ubicado a más de 350 kilómetros de Resistencia, Los Frentones debe su nombre a un pueblo originario que se cortaba el pelo en la frente. El pueblo de 15 mil habitantes vive de la producción del carbón vegetal, “pero está parado por las políticas del gobernador, como está parado el Hospital, que está prácticamente vacío, los médicos y enfermeros se van”, dice resignado el maestro, que está al frente de alumnos de séptimo grado.
Después que la discusión que se dio en el ingreso a la escuela, Acuña invitó al gobernador a que viera el estado de los baños. “Miró, pero estaba molesto, era impresionante el enojo que tenía. Estaba ciego. Le explicaba que los chicos no tienen agua, pero se quería ir”. El maestro de 31 años señaló que en todo el departamento de Almirante Brown “no tenemos agua potable, hay agua de red, pero de la canilla sale agua salada. Cuando se hacen relevamiento de las enfermedades de los chicos, siempre es por el agua que toman. Pero nunca se hace nada”.
Acuña no solo recordó a Capitanich por la falta de agua: “También aproveché para decirle el descontento de los docentes de la provincia con el sueldo atrasado, la cláusula gatillo 2019 – 2020 que aún nos deben y él se enojó. Le dije que nos pague lo que nos debe, que es su deber como gobernador. Le resalté que él fue quien nos mandó a reprimir en la ruta nacional 16 en febrero pasado. Maltrató a las mujeres y ahí se dio vuelta y se quiso ir. Los alumnos, que no lo conocían, espontáneamente empezaron decir ‘que se vaya, que se vaya’”.
En las redes circuló la versión de que al docente se lo habían llevado detenido, pero nada de eso ocurrió: “Creo que tuvieron intención. Cuando esto se hizo público, la directora regional se puso en contacto con mi directora, sabía que alguna represalia podría venir. Gracias a la movilización del pueblo, de los colegas, gremios y abogados, todo se apaciguó y no me hicieron nada. Acá nos conocemos todos y si bien no medí las consecuencias porque todo ocurrió frente a los alumnos, al gobernador nunca le falté el respeto”.
Video | Increparon a Jorge Capitanich durante la inauguración de una plaza
Antes de ser maestro, Acuña trabajó como ladrillero en un emprendimiento familiar. Con esfuerzo se recibió en 2013 en la extensión áulica, de nivel terciario, junto a otros 52 profesionales de la educación. En su escuela enseña lengua, matemáticas, sociales, naturales, ética y tecnología. “El pueblo creció mucho culturalmente gracias a esta extensión áulica, también pude especializarme en Pedagogía y Educación Social, Psicología educacional y estoy cursando el cuarto año del profesorado de geografía”, agrega orgulloso.
“Hoy los nenes estaban cabizbajos, me preguntaron qué había pasado ayer. Quién era ese señor que habían visto en Facebook y en la tele. Les conté que ese señor fue el que nos tiró gas pimienta en la ruta, el que no cumplió con los aumentos de salarios. En mi caso tengo una formación como docente, tengo formación y puedo hablar de frente con un funcionario, pero en estos lugares del interior hay mucha inocencia, la gente cuando llega una persona vestida de traje, con sus zapatos lustrados, la ve como algo superior y le cree. Mi padre, que no es una persona educada, seguramente lo felicite… pero en mi caso, que ya soy profesional, con otra visión, le puedo decir: ‘no, vos estás haciendo mal las cosas, vos mentís, faltó a la palabra’. Fue lo que me salió”.
Finalmente, Acuña dice que muchas veces pone plata de su bolsillo para comprar los bidones de 20 litro de agua a 160 pesos: “En el pueblo, otros tienen aljibe, pero en esta época hay sequía, están vacíos. Desde que tenía 5 años escuchaba a mis abuelos, a mis padres hablar del problema del agua. Siempre hubo promesas de que el agua iba a llegar a Frentones y nunca llegó. En cada campaña electoral en la que participó Capitanich está la promesa del agua y nunca la cumple. Chaco tiene ríos de agua dulce y nunca hacen obras para los pueblos”.
ED