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Papa Francisco: "Quien hace la guerra olvida a la humanidad"

La edición de esta semana del L'Osservatore Romano en español está nuevamente abocada a la guerra en Ucrania bajo la mirada del Papa Francisco y la Santa Sede.

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Papa Francisco | Agencia Afp

El titulo principal de tapa recoge el llamamiento realizado por el Sumo Pontífice en la Audiencia General: “Acompañemos al pueblo ucraniano que sufre por los bombardeos”. 
Con esas palabras el Papa Bergoglio concluyó la tradicional catequesis desde el Aula Pablo VI en la mañana del 2 de marzo, miércoles de ceniza, en la cual prosiguió el ciclo de reflexiones inaugurado la semana pasada sobre el sentido y el valor de la vejez. 

También al finalizar el tradicional Ángelus dominical el Sumo Pontífice expresó en la plaza de San Pedro: “En estos días hemos sido turbados por algo trágico: la guerra. Numerosas veces hemos rezado para que no se emprendiera este camino. No dejemos de orar, es más, supliquemos a Dios con mayor intensidad”. 

“Por eso renuevo a todos la invitación a vivir el 2 de marzo, Miércoles de Ceniza, un día de oración y ayuno por la paz en Ucrania; una jornada para estar cerca de los sufrimientos del pueblo ucraniano, para sentirnos todos hermanos e implorar a Dios el final de la guerra”, prosiguió el sumo pontífice. 

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“Quien hace la guerra olvida a la humanidad. No parte de la gente, no mira la vida concreta de las personas, sino que antepone a todo los intereses de parte y de poder. Confía en la lógica diabólica y perversa de las armas, que es la más alejada de la voluntad de Dios. Y se distancia de la gente común, que desea la paz, y que en todo conflicto es la verdadera víctima que paga sobre su propia piel las locuras de la guerra”. 

“Pienso en los ancianos, en cuantos buscan refugio en estas horas, en las mamás que huyen con sus niños... Son hermanos y hermanas para los que es urgente abrir corredores humanitarios y que deben ser acogidos”, recalcó el sumo pontífice. 

“Con el corazón desgarrado por todo lo que sucede en Ucrania —y no olvidemos la guerra en otros lugares del mundo, como Yemen, Siria, Etiopía...—, repito: ¡que callen las armas! Dios está con los operadores de paz, no con quien emplea la violencia. Porque quien ama la paz, como dice la Constitución Italiana, «repudia la guerra como instrumento de ofensa a la libertad de los demás pueblo y como medio de resolución de las controversias internacionales”, señaló Francisco. 

El Papa argentino prosiguió durante la semana su llamado a la paz y mostrando su cercanía a los ucraniano. “Toda guerra deja al mundo peor que como lo había encontrado. La guerra es un fracaso de la política y de la humanidad, una claudicación vergonzosa, una derrota frente a las fuerzas del mal”: no son palabras nuevas, pero explican bien los sentimientos que animan al Papa en estas horas de guerra en Ucrania. Están tomadas de la carta encíclica Fratelli tutti (n. 261) y Francisco las ha tuiteado en la cuenta @Pontifex, acompañándolas de su firma autógrafa y de una elocuente imagen de Cristo crucificado. 

Las palabras del tuit también se tradujeron al ruso y al ucraniano. Al relanzar los hashtags #OremosJuntos y #Ucrania, el obispo de Roma intenta mantener la atención de los medios de comunicación sobre el trágico escenario de Europa del Este, al que dedicará una jornada de ayuno y oración por la paz el Miércoles de ceniza, 2 de marzo. 

También el 25 de febrero se produjo una llamada telefónica entre el Papa y Su Beatitud Sviatoslav Shevchuk, arzobispo mayor de Kyiv-Halyč. Así lo hizo saber la Iglesia greco-católica ucraniana, explicando que, tras pedir información sobre la situación general en la capital y en la nación, el Pontífice expresó su voluntad de hacer todo lo posible y se interesó por las condiciones de quienes viven en los territorios más afectados por las operaciones militares rusas. 

El papa agradeció a la Iglesia greco-católica ucraniana su decisión de permanecer cerca de la población que sufre y por haber puesto a su disposición los sótanos de la Catedral del Arzobispo Mayor, que se han convertido en un verdadero refugio, y finalmente les aseguró sus oraciones e impartió una bendición al pueblo ucraniano.

Por su parte, el Arzobispo Mayor, en un mensaje de vídeo ha transmitido la cercanía del Papa a los fieles, agradeciéndole porque su apoyo está movilizando a la comunidad internacional.

La Santa Sede, a través de sus representantes,  también está realizando llamados urgentes de paz en diversos fueros internacionales, como por ejemplo en las Naciones Unidas. El arzobispo Gabriele Giordano Caccia, observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas en Nueva York, en su intervención en el “Joint Launch of the Humanitarian Flash Appeal and the Regional Refugee Response Plan for Ukraine” y en la 11a sesión especial de emergencia de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en Nueva York. 

Monseñor Caccia recordó el llamamiento del domingo pasado del Papa, quien, además de expresar su cercanía a los que sufren a causa del conflicto, pidió con urgencia la apertura de corredores humanitarios para las personas que huyen del conflicto. La Santa Sede —subrayó el prelado— considera esencial “garantizar el acceso pleno, seguro y sin obstáculos de los agentes humanitarios para que puedan ofrecer rápidamente asistencia a las poblaciones civiles necesitadas en Ucrania”. 

“La protección de la población civil, así como del personal humanitario, de acuerdo con el derecho internacional humanitario, debe ser una prioridad”, afirmó Caccia. De ahí la decisión de la Santa Sede de unirse a “los numerosos Estados miembros que han pedido el cese inmediato de las hostilidades y la vuelta a la diplomacia y al diálogo”. 

A medida que avanzamos, continuó Caccia, “la Iglesia católica y sus instituciones caritativas, a distancia y sobre el terreno, ya están ayudando a miles de personas y seguirán haciéndolo”. 

No faltaron las palabras de agradecimiento para todos aquellos países que “están ofreciendo ayuda humanitaria a las personas necesitadas tanto en Ucrania como en los países vecinos donde muchos ucranianos han buscado seguridad”.
Para la Santa Sede, es una responsabilidad común “acoger, proteger y asistir a los cientos de miles de refugiados”. “Los esfuerzos para responder a las necesidades de quienes huyen en busca de seguridad deben respetar el principio de no devolución y nuestras obligaciones comunes en virtud del derecho internacional, incluido el derecho internacional de los refugiados, y ofrecerse de forma no discriminatoria”. 

Por último, monseñor Caccia recordó que la Santa Sede está convencida de que siempre “hay tiempo para la buena voluntad, siempre hay espacio para la negociación, siempre hay lugar para ejercer una sabiduría que pueda evitar la prevalencia del interés partidista, salvaguardar las legítimas aspiraciones de cada individuo y evitar al mundo la locura y los horrores de la guerra”.

El cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, presidió la celebración de la santa misa en el Miércoles de Ceniza, en la tarde del 2 de marzo, en la basílica de Santa Sabina en el Aventino. El purpurado ha leído la homilía preparada por el Papa Francisco que no
pudo estar presente a causa de un agudo dolor de rodilla, por lo cual el médico le había recetado un periodo de mayor reposo en la pierna.

El texto completo y oficial de la homilía se publica a doble página central en esta edición del periódico vaticano en lengua española. En la misma, nuevamente se expresó el llamado del Santo Padre a la paz en Ucrania con estas palabras: “La oración, la caridad y el ayuno no son medicamentos sólo para nosotros, sino para todos; de hecho, pueden cambiar la historia. En primer lugar, porque quien experimenta sus efectos, casi sin darse cuenta, los transmite a los demás; y, sobre todo, porque la oración, la caridad y el ayuno son las principales vías que permiten a Dios intervenir en nuestras vidas y en la vida del mundo. Son las armas del espíritu, y es con ellas que, en esta jornada de oración y ayuno por Ucrania, imploramos a Dios esa paz que los hombres solos no pueden construir”.