El presidente de la Asociación Maíz Argentino (MAIZAR), Pedro Vigneau, aseguró que el potencial que tiene Argentina para producir maíz y también transformarlo en valor agregado y en proteína animal "no tiene techo", y consideró además que es vital trabajar desde el ámbito público privado en la promoción de una "marca país", a través del cual se consolide a la "Argentina como un sistema productivo agropecuario con el menor impacto ambiental del mundo".
El titular de MAIZAR aseguró que este tema, junto a otros vinculados a la tecnología, la genética, los temas políticos y económicos, las oportunidades de negocios nacionales e internacionales y muchos temas más se tratarán en profundidad en el Congreso Internacional de Maíz a realizarse en la ciudad de Paraná, Entre Ríos (CIM 2023). Allí, más de un centenar de especialistas, empresarios y funcionarios nacionales y provinciales, plantearán cuestiones que hacen al desarrollo de toda la cadena de producción del maíz y también de valor. Junto a otras temáticas como fertilización, rendimiento, enfermedades del cultivo, densidad de siembra, huella de carbono, agtech y demás.
"Sabemos que quitándonos el peso que tenemos encima, en Argentina no tenemos techo para crecer en potencial con el maíz. Hay que mostrarlo este potencial a los decisores políticos y en eso estamos trabajando muy fuerte desde el sector privado", explicó el titular de MAIZAR.
"Por ello, es clave pensar en el maíz hoy en el plano nacional e internacional, con un mundo convulsionado y que vira rápidamente de lo fósil a lo renovable. Sin duda parece que es el siglo de la biología y la ciencia, y allí el maíz, por sus características y eficiencia fotosintética superior a otras plantas, ya que es carbono cuatro, cobra una relevancia cada vez más grande", manifestó.
Vigneau aseguró que el uso del maíz se multiplica en el mundo, ya que consignó que "hoy hay casi 4.000 usos que realizan desde grandísimas empresas hasta otras que hoy nacen. Todas piensan en agradar a sus clientes, con un consumo que demanda fuentes renovables. Y allí el maíz puede garantizar un suministro de calidad y cantidad".
Por ello, el referente del sector maicero destacó la oportunidad que tiene Argentina a partir de "repensar cuáles serán las estrategias y decisiones que se deben tomar en cuenta, sabiendo que el ecosistema del maíz inserto en el sistema productivo argentino, cuenta con una bajísima huella ambiental, cosa que ya hemos demostrado".
Tal como viene haciéndose desde las cadenas de valor de los granos, MAIZAR destaca la oportunidad que tiene un producto como el maíz para generar un mayor nivel de exportaciones, como materia prima o bien como valor agregado, y el aporte que puede hacer el sector primario para generar un mayor volumen de divisas al país en momentos en que se requiere garantizar la provisión de semillas y fertilizantes.
A modo de ejemplo, Vigneau ponderó el trabajo que viene realizando la provincia de Entre Ríos, la cual será en su capital la sede del próximo y segundo congreso internacional maicero: "Esta provincia es un ejemplo de lo que puede ser la transformación de estos granos en proteína animal a través de los clúster avícolas. Donde hay inversión y trabajo de muchas familias comprometidas con la producción".
Aseguró que "este es el camino" que debe emprender en materia productiva el país, y explicó también que "si Argentina saliera al mundo con una marca país, que diga que tenemos sistemas productivos con la menor huella ambiental del mundo, por ejemplo en los pollos, eso sería un gran logro.
Entre los ejemplos que hoy sabe mostrarse desde MAIZAR en el empleo del maíz en fibras, aceites o como materia prima, figuran desde zapatillas o trajes hasta combustible para aviones. "Por ello -dijo Vigneau- cualquier compañía debería pensar si debería instalarse en la Argentina para transformar la materia prima en producción lo más cerca posible de donde tiene lugar la fotosíntesis".
“Creo que muchos países nos ven con una mirada más clara a como nos vemos nosotros”, concluyó.