Según el informe de la Industria de Maquinaria Agrícola elaborado por el INDEC, en la comparación de enero-septiembre de 2020 con el mismo período de 2019, se observa que los implementos crecieron un 33,1%, las sembradoras 21,7% y los tractores aumentaron 4,9%. Sin embargo, mientras que las unidades vendidas de cosechadoras experimentaron una disminución de 2,5%.
Según aseguró Reynaldo Postacchini, presidente de AFAT, que representa a las empresas multinacionales radicadas en Argentina, “el escaso crecimiento en tractores y la caída en la venta de cosechadoras demuestran que los productores y contratistas argentinos mantienen el interés en invertir y renovar su plantel de maquinaria, pero que, sin embargo, encuentran dificultades para adquirir tractores y cosechadoras, que son las inversiones de mayor valor”.
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Un tractor de 180 hp de potencia requiere una inversión de 180 mil dólares, mientras para comprar una cosechadora se necesitan entre 300 y 700 mil dólares.
Postacchini comentó a Super Campo que “si no se tiene una línea de financiamiento acorde es complicado comprar un tractor o una cosechadora. No sabemos qué pasará en 3 meses en Argentinas. Al no haber estabilidad económica, el negocio a mediano y largo plazo es difícil, ésa es la realidad”.
“Hace más de un año que en AFAT estamos trabajando en la elaboración de un “Plan Canje” de maquinaria agrícola, y estamos convencidos que es una de las medidas que el sector necesita para dar un salto en productividad. Las prestaciones que tienen las cosechadoras de última generación, por ejemplo, proveen no sólo mejoras en la calidad y cantidad de material cosechado, sino en rendimiento, precisión y confort” aseguró Postacchini.
Incertidumbre
Para el presidente de AFAT, el marco macroeconómico también influye en la decisión de comprar una máquina agrícola. “A primera vista el acuerdo del Gobierno con el Fondo Monetario Internacional no tiene que ver con la maquinaria agrícola, pero ese acuerdo puede dar estabilidad que genere previsión para invertir”.
En un panorama más amplio donde la caída económica superó el 10% debido a la pandemia y la cuarentena, Postacchini señaló que “de todos modos no estamos tan mal, porque el productor se encontró con una buena cosecha y trata de invertir en productos del agro. En comparación con otros sectores que no pudieron trabajar en la pandemia, estamos bárbaros”.