B.B. murió a los 91 años

"Dejé todo porque estaba harta de ser bella todos los días..."

Brigitte Bardot no fue una actriz, fue una postal inigualable y mágica del Siglo XX. Provocadora, sensual, contracorriente y extrema tantas veces, dejó un nombre que se recordará por siempre. La historia que la conmovió y la volcó de lleno a la lucha por la protección de los animales.

Brigitte Bardot. Foto: Marie Claire

Fue el símbolo sexual por excelencia, su  figura voluptuosa y estilo de vida libertino deslumbraron en la estricta década del '50, pero un día Brigitte Bardot se cansó del maquillaje y lo abandonó todo para dedicarse al cuidado de animales. En sus inicios, cuando sus curvas, sus ojos delineados con kohl y su puchero aparecían en los carteles de cine francés, la actriz, conocida por sus iniciales BB, la comparaban con Marilyn Monroe, pero ella jamás aceptó ese rol.

Por eso de la noche a la mañana, un día en 1973, le dio la espalda a la fama y dijo que "estaba harta de ser bella todos los días".

En su breve carrera cinematográfica, Bardot disfrutó de una serie de éxitos populares, pero no tenía muchos elogios de la crítica. Era obvio, su belleza estaba por encima de su nivel de actriz. Por eso la mayoría de sus más de 50 películas fueron fracasos divertidos pero olvidables, con algunas excepciones. Fue en 1956 cuando cautivó a la gran pantalla con su interpretación de una joven de 18 años atrapada en un triángulo amoroso en "Y Dios creó a la mujer", dirigida por su entonces esposo, Roger Vadim.

La promesa de Vadim de que la joven bailarina "se convertiría en la fantasía inalcanzable de todo hombre casado" resultó profética. Una escena de desenfrenada energía sexual, en la que Bardot baila un mambo con una falda vaporosa con abertura hasta la cintura, selló su estatus de diosa del cine, a la vez que desató la ira de la censura.

Siete años después, su papel como la esposa hosca y frustrada de un guionista en "El desprecio" de Jean-Luc Godard también dio lugar a escenas que se convirtieron en parte del folclore cinematográfico. Jugando con las expectativas de productores y espectadores de tener tomas del cuerpo desnudo de Bardot en la película, Godard creó un montaje de sus extremidades mientras yacía en la cama con su esposo, preguntándole qué parte de su cuerpo le gustaba más...

"La reina Bardot se encuentra donde termina la moral", escribió la escritora francesa Marguerite Duras en 1958. "Hace lo que le place, y eso es lo inquietante", declaró la filósofa Simone de Beauvoir un año después.

Pero lejos de revelar su libertinaje, Bardot luchó contra la cosificación. En 1960, cuando cumplió 26 años, intentó suicidarse, y en 1973, poco antes de cumplir 40, le dio la espalda a todo. "Sabía que mi carrera dependía completamente de mi físico", explicó en 1978, "así que decidí dejar el cine como siempre he dejado a los hombres: primero".

Luego llegaría el amor por los animales, y en una carta de 2011 al grupo conservacionista WWF, Bardot relató una visita a Canadá, que le cambió la vida en la década de 1980, cuando presenció el sacrificio anual de cachorros de foca.

"Nunca olvidaré estas imágenes, los gritos de dolor; todavía me torturan, pero me han dado la fuerza para sacrificar toda mi vida en defensa de la vida de los animales", contó. En 1986, creó la Fundación Brigitte Bardot, dedicada a la protección animal. Ha luchado por las crías de foca y los elefantes, ha exigido la abolición de los sacrificios rituales de animales y el cierre de los mataderos de caballos. 

Bardot continuó evitando el mundo de la moda y el cine mucho después de retirarse de ambos, manifestándose abiertamente contra el uso de pieles y negándose con orgullo a recurrir a la cirugía plástica. En medio del escándalo de Harvey Weinstein que estalló en 2017, volvió a ir contracorriente, contraatacando la campaña #MeToo que denunciaba el abuso contra las mujeres. "La gran mayoría son hipócritas y ridículas", declaró a Paris Match en 2018, refiriéndose a las actrices que habían denunciado casos de abuso. Una Brigitte en estado puro.

AFP/HB