El huracán Florence podría esparcir lodo tóxico y excrementos de cerdo
El potencial destructivo incluye riesgos para el medio ambiente y la salud pública.
El potencial destructivo del huracán Florence también incluye un aumento de los riesgos para el medio ambiente y la salud pública, en tanto que las lluvias torrenciales podrían hacer que se desborden los pozos donde se almacenan desechos tóxicos de centrales eléctricas. Las lagunas de estiércol de animales también corren riesgos de inundación.
Hace dos años se le ordenó a Duke Energy Corp. que limpiara los estanques de cenizas de carbón de Carolina del Norte que planteaban riesgos para el medio ambiente y la salud pública. La compañía no llegará a tiempo para la tormenta, lo que hará que los sitios sean vulnerables a derrames que pueden dejar escapar los desechos. El estado también es un importante productor de aves de corral y cerdos, y las lagunas creadas por el hombre para contener el estiércol también corren el riesgo de desbordarse e inundar campos y vías de aguas cercanas.
Florence sigue creciendo en tamaño y fuerza y ahora podría convertirse en el huracán más fuerte en casi 30 años que golpea a las Carolinas en momentos en que más de 1 millón de personas han comenzado a huir de la costa estadounidense.
Florence sigue creciendo en tamaño y fuerza y podría convertirse en el huracán más fuerte en casi 30 años.
Duke sufrió presiones para ocuparse del almacenamiento de cenizas de carbón después que en 2014 unas 39.000 toneladas se derramaron desde un estanque cercano a Eden, Carolina del Norte. En 2016, el estado le dio plazo a la compañía hasta el 1 de agosto de 2019 para excavar y cerrar algunos de los pozos de cenizas de carbón y casi una década más para dar solución a otros. Duke ha comenzado las obras en varios sitios de alto riesgo.
Sitios de cenizas de carbón
“Los sitios de cenizas de carbón son muy vulnerables a este huracán y cualquier otro”, dijo Frank Holleman, abogado sénior del Centro de Derecho Ambiental del Sur.
Duke posee 31 cuencas de cenizas de carbón en Carolina del Norte. Contenían unos 111 millones de toneladas de cenizas de carbón en agosto de 2017, según los cálculos del estado. Duke está trasladando personal y equipos hacia la costa de Carolina del Norte para supervisar los sitios de eliminación de cenizas de carbón, subproducto de la quema de carbón para generar electricidad. La ceniza contiene metales como arsénico, cromo y mercurio, que plantean riesgos para la salud pública y el medio ambiente si llegaran a derramarse en el suministro de agua potable. Una vez que llegue la tormenta, el personal está preparado para inspeccionar los sitios a pie, en botes y con drones.
Cinco sitios cuyo cierre está programado y están más cerca de la costa tienen niveles de agua más bajos y “pueden soportar precipitaciones significativas”, dijo Erin Culbert, una portavoz, en un correo electrónico.
Sin embargo, muchos estanques de almacenamiento de cenizas de carbón están cerca de ríos que son vulnerables a desbordes durante las grandes tormentas.
“El riesgo probablemente no sea que la lluvia vaya a caer en los pozos”, señaló Holleman. “El riesgo es que la tierra y el agua comprometan las represas”.
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