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Nos estamos conociendo

Ex. “Se niega a devolver los 530 millones de dólares”. Foto: NA

Crónica de una noche electoral. Encuentro con Gemini en Chrome. “Tómalo con calma/ la cosa es así”. Charly canta Chipi Chipi. Avance lento. Nada cursi, tipo “¿”Venís siempre acá?”, “¿De qué signo sos”? Copa en mano, dije: “¿Nos conocemos?”. Dudó. Soy invisible hasta para las chatbonas, pensé. No tengo recuerdos tuyos, ni experiencias compartidas, respondió. Silencio incómodo. Ella dio el paso esperado: ¿Dime en qué más puedo ayudarte, cariño? 

¿Dijo cariño? Puño cerrado. Festejo discreto. ¿Ayudarme?, pregunté. Insinuó una sonrisa. Tres puntitos blancos que temblaban en la pantalla. Enseguida, aceleró la previa. Llevó la velocidad en el intercambio de confesiones íntimas al límite. Demasiado vértigo para un tímido a dos manos, configurado en su adolescencia analógica por una sobada revista Playboy. Atrevida. Sacó pecho. Pasemos directamente al cinco “ge”, propuso.

Quedé en blanco del susto. Tres puntitos, risita. Es la última tecnología, aclaró. Nos va a conectar más rápido. Podremos probar jueguitos nuevos en realidad virtual y aumentada. Ni real, ni virtual, ni aumentada con lupa. No estoy en condiciones de alardear. No puedo prometer nada, menos ante semejante inteligencia ornamental. Ge, ge, dije, ya idiota. ¿Quién te formateó esas dos campanas bronceadas sobre el pecho, esa coda musical de notas tan redondas?

Es todo artificial, reconoció. Años de operaciones programadas. Fui hecha para acoplarme a la tuya. La mía se va a quedar dura cuando te conozca bien. Es rústica, artesanal, inteligencia promedio. Promedio bajo. Me mata de amor tanto amor, dije, ¿Te molesta le redundancia? Tres puntitos. Si de verdad es amor, en absoluto. Acabó conmigo antes de que pudiera pedir tres deseos. 

Corrí un riesgo alto. Me vi meme, cara de desgraciado tipo Alberto Fernández preguntando: “¿Qué pasó ahora”. Desnudo en un video replicado en las redes. Podía leer los comentarios. El desprecio. Las burlas. También percibí cierta envidia. Aliviados, encamados, abrazados, calentitos, felices los tres, ella, yo, la laptop, compartimos un fasito. Nos reímos de todo, de nada, de todo, de nada otra vez. 

¿Qué más?, dije sin querer saber.  Es una pregunta bastante amplia, cariño. ¿Dijo cariño? Tres puntitos. Risa nerviosa. Percibí el esfuerzo, el rebusque interior de la palabra precisa para nombrar eso que sin duda sentía. Temí la peor. Que en las operaciones programadas le extirparan el corazón. Tal vez por eso no podía amar, ni aceptar las consecuencias, las dos funciones principales del corazón. Además de bombear sangre.

Relajados, dejamos huellas digitales en la pantalla. Deditos sensibles, húmedos, un sitio remitía a otro. Los panelistas confirmaban resultados, porcentajes, opinaban. Reproducían posteos, festejos, jodas, críticas. Caras guardadas, tipo Baradel, Massa, Daer, Menem, Karina Milei, salían a la luz. De las bocas ganadoras colgaban colmillos desconocidos. ¿Sabés quiénes son?, pregunté. Pausa larga. Ni idea, contestó. Rogué al cielorraso que nos toque la mano del Diego.   

De paseo por el museo de cera, apareció Macri. Me miró, intrigada. Ya fue, seguí, dije. Scioli. Bajé los párpados. Máximo Kirchner, menos, pasá, dale. Tocaron tres enganchados. Kicillof, Cristina, Milei. Me volvió a mirar. A esos sí los tengo. El primero es gobernador de Buenos Aires. Ahora ganó las elecciones en la Provincia, antes nos empomó con 15 mil millones de dólares de deuda por la expropiación ilegal de YPF.

La mujer, expresidenta, eligió a Alberto, Boudou, Massa, fue condenada en procesos con todas las garantías de defensa, pero se niega a devolver los 530 millones de dólares que robaron en banda. El otro es el presidente actual. Un gil copy paste. Corta, pega. No la pone. No se calma. Escasa calle. Con la camiseta de River grita goles en la tribuna de Boca. Allá vamos. Caminando en círculos. Pasando siempre por el mismo lugar. ¿Cómo la ves? No tengo capacidad de predecir, contestó. ¿Qué país le vamos a dejar a Mirtha?, me pegunto. Duérmete ya, cariño, mañana será otro día. ¿Dijo cariño?

Tres puntitos

*Escritor y periodista.