Opinión

Un plan nacional para articular el conocimiento con la industria

La próxima gestión deberá analizar y refinanciar o renegociar el pesado endeudamiento que deja el gobierno actual.

La innovación es uno de los ejes principales que acompaña a cada negocio en la búsqueda continua de eficiencia y flexibilidad en los procesos productivos. Foto: Imagen de Gerd Altmann en Pixabay.

El próximo gobierno asume con una agenda urgente de reparaciones humanitarias, como las emergencias del hambre y la salud pública. Y también tiene una agenda estratégica, el pago de los intereses de la deuda es una de las principales tensiones para los próximos años, y en el primer trimestre de este año la deuda externa se ubicó en 275.828 millones de dólares. Deberá analizar y refinanciar o renegociar el pesado endeudamiento que deja el gobierno actual.

Pero también tiene la necesidad de implementar de inmediato un Plan de Desarrollo, en el que la alianza entre el entramado productivo nacional con las pymes y con el conocimiento sea el capítulo más virtuoso con la mira puesta en lograr competitividad y empleos de calidad.

Se deberá trabajar intensamente sobre el desarrollo de cada uno de estos componentes, pero fundamentalmente en la articulación e imbricación de las capacidades. Este es el gran desafío del desarrollo.

Estos puntos ya han sido señalados en el acta-compromiso que Alberto Fernández firmó recientemente con gobernadores en funciones y electos para diseñar una Agenda de Desarrollo Federal, en la que se compromete a "apostar a la ciencia, a la tecnología y al conocimiento; ponerlos en marcha de la mano del desarrollo productivo de cada provincia. Promover una agenda de desarrollo federal de largo plazo, donde la innovación y la tecnología estén al servicio de generar valor agregado".

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En ese sentido, desde nuestra experiencia y reflexión acumulada durante este último año en la Comisión de Innovación, Ciencia y Tecnología del Instituto Antonio Cafiero, proponemos como política pública un Plan de Desarrollo Productivo apoyado en el conocimiento tecnológico nacional. Porque hubo y hay experiencias exitosas, aunque aisladas o breves. Esas experiencias, aplicadas al nuevo desafío nacional, iluminan el diseño eficaz de una propuesta que supere la histórica desarticulación a partir de una política pública nacional, federal, sostenible e inclusiva para todos los actores involucrados.

De nuestro diagnóstico pormenorizado surge que, a pesar de los embates sufridos en los últimos años, las piezas a ensamblar cuentan aún con buenas capacidades para funcionar. Nos referimos al sector productivo, los sistemas de conocimientos aplicados, los actores políticos territoriales, el financiamiento público privado, y los recursos humanos.

La Argentina dispone de una matriz productiva amplia, con economías regionales, economía social y popular, y algunos nichos en la frontera tecnológica. Si logran el acceso al conocimiento adecuado, la totalidad de estos sectores tienen posibilidad de mejorar su competitividad.

Desarrollo tecnológico para ganar en competitividad

Por su parte, el sistema de investigación científica y desarrollo tecnológico argentino se destaca por su calidad en la producción de conocimientos. Está consolidado y con una extendida red de instituciones donde se destacan el Conicet, el INTI, el INTA, y las universidades nacionales.

También hay que incluir a las estructuras de apoyo a la producción en vinculación con áreas del conocimiento que los gobiernos  provinciales y municipales organizaron con esfuerzo y visión estratégica. Ministerios provinciales de Ciencia y Tecnología, secretarías municipales de Producción, y parques tecnológicos público privados.

Las fuentes de financiamiento disponibles para este plan de Desarrollo Productivo son múltiples. Las compras públicas de tecnologías de innovación; los aportes no reembolsables (ANR), especialmente el Fontar; el crédito fiscal; la inversión privada; y los créditos bancarios.

Son claves los recursos humanos. Numerosas organizaciones disponen de equipos de vinculación y transferencia tecnológica. Están las Unidades de Vinculación Tecnológica; los especialistas universitarios en Gestión de la Tecnología y la Innovación; las áreas de Extensión Universitaria; y todos los mecanismos de vinculación y transferencia tecnológica del INTI e INTA. Los mismos emprendedores en busca de nuevos negocios y nichos de innovación son agentes que deben ser parte.

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Se trata de un plan de desarrollo territorial y situado. La puesta en marcha de este plan es a partir del relevamiento, detección y diagnóstico de las necesidades concretas del sector productivo detectado, sea PyMEs, cooperativas o empresa social. En este punto es estratégico el rol de los equipos de vinculación y transferencia tecnológica locales, de proximidad a cada unidad productiva a relevar. Son los agentes y artífices de la articulación.

De acuerdo a la naturaleza del problema, el mismo es derivado, o a una línea de modernización, o a una línea de innovación tecnológica, donde contará con financiamiento y asistencia técnica. Del mismo modo se derivan las posibilidades de financiamiento, siendo posible promover la inversión privada, del propio interesado usando crédito fiscal como estímulo, o la ayuda de los ANR cuando se trata de desarrollos tecnológicos con cierto grado de incertidumbre comercial. Avanzado ya el plan de modernización o de innovación tecnológica, los equipos de vinculación y transferencia tecnológica locales se ocupan del monitoreo.

Los objetivos a alcanzar mediante este Plan de Desarrollo son claros. Aumentar las exportaciones de productos y servicios, y disminuir las importaciones de productos industriales para superar la restricción de divisas, mal estructural de la economía argentina desde la década de los ´70. El impulso del asociativismo público – privado impulsará la creación de puestos de trabajo de calidad, y el estratégico y siempre demorado estímulo a la inversión privada en actividades de investigación y desarrollo. Finalmente tendremos un punto de partida para la transformación de la industria argentina en Industria 4.0.

*Carlos Gianella es Secretario de Ciencia y Tecnología, Universidad Nacional del Oeste.

*Bruno de Alto es Especialista Gestión de la Tecnología y la Innovación. INTI.