¿INFLUENCIA O ROBO?

Christie’s Nueva York vende arte creado con IA y se desata la polémica

Hasta el 5 de marzo está abierta en la casa neoyorquina la venta en línea de obras de arte creadas por inteligencia artificial. Los artistas responden de inmediato: “Les pedimos que, si tienen algún respeto por los artistas humanos, cancelen la subasta”. La curadora responde: “Estamos entusiasmados de que una venta esté generando tan apasionado debate. Esto es lo que debería hacer el arte”. Las demandas colectivas de este tipo no dejarán de realizarse.

Arte IA. Obras de arte creada con inteligencia artificial. Ambas obras están en venta ahora mismo en la casa de subastas Christie’s. Foto: cedoc

“Inteligencia aumentada es una subasta innovadora que destaca la amplitud y la calidad del arte de la IA. La venta incluye obras notables de algunas de las mentes más innovadoras, desde los pioneros de la IA de los años 60, como Harold Cohen, hasta artistas contemporáneos como Refik Anadol, Pindar Van Arman, Holly Herdnon & Mat Dryhusrt, Alexander Reben, Claire Silver, Sasha Stiles y más. (…) Los artistas incorporan y colaboran con la inteligencia artificial en una variedad de medios que incluyen pinturas, esculturas, grabados, arte digital y más. Los coleccionistas tendrán la oportunidad de experimentar una exposición verdaderamente cautivadora en el Rockefeller Center durante la venta en línea, del 20 de febrero al 5 de marzo”.

De esta manera, Christie’s Nueva York presenta su remate de 34 obras de arte generadas con inteligencia artificial (IA), donde alguna de ellas alcanza el precio base de US$ 125 mil (pueden confirmarse las valuaciones en onlineonly.christies.com). En contrapartida, desde el día 8 de este mes se encuentra disponible una carta abierta de artistas que solicitan la cancelación del remate (openletter.earth/cancel-the-christies-ai-art-auction). Al momento de la redacción de esta nota, esta cuenta con más de 5.500 firmas verificadas, dirigida a los curadores de Christie’s, Nicole Sales Giles y Sebastián Sánchez, a quienes se conmina de esta manera: “Les escribimos para expresar nuestra profunda preocupación por su próxima subasta de arte de IA en Christie’s. Muchas de las obras de arte que planean subastar se crearon con modelos de IA que se sabe que están entrenados con obras protegidas por derechos de autor sin licencia. Estos modelos, y las empresas que están detrás de ellos, explotan a los artistas humanos, utilizando su trabajo sin permiso ni pago para crear productos de IA comerciales que compiten con ellos. Su apoyo a estos modelos y a las personas que los utilizan recompensa e incentiva aún más el robo masivo del trabajo de artistas humanos por parte de las empresas de IA. Les pedimos que, si tienen algún respeto por los artistas humanos, cancelen la venta”.

Giles, directora de arte digital de Christie’s, declaró: “Estamos entusiasmados de que una venta esté generando un debate tan apasionado en torno al arte. Esto es lo que debería hacer el arte”. Y como si fuera una discusión entre matones de barrio, agregó: “La IA está aprendiendo todo lo que puede de un conjunto completo de datos e imágenes para luego crear algo nuevo. Eso es influencia, no robo”.

Muchos de los artistas humanos firmantes forman parte de las demandas colectivas por derechos de autor que se tramitan en los tribunales de Estados Unidos contra las empresas de IA. La venta de estos productos visuales artificiales tuvo bastante éxito en la recaudación de divisas, en franca competencia con el mercado del arte considerado tradicional. Ejemplo de ello es el artista Beeple, que en 2021 vendió una pieza de criptoarte a través de Christie’s por casi US$ 70 millones. Se estima que los consumidores de arte basado en IA crecen en número y la mayoría trabajan en blockchain, criptomonedas y capital de riesgo. Para la consultora Business Research Company, el mercado mundial del arte basado en IA alcanzará un valor superior a US$ 1.000 millones en 2028, duplicando lo que era en 2023.

Ahora viajemos a Europa, al Palacio del Festival de Cannes, meca del cine. Allí se consumó, entre el 13 y el 15 de febrero, el Festival Mundial de Inteligencia Artificial Cannes 2025, con el apoyo explícito de los gobiernos de Francia y Luxemburgo. Las jornadas contaron con la presencia de distintos especialistas en IA más la exhibición de obras de arte digitales encargadas para la ocasión. Entre ellas una versión inmersiva, con el uso de IA y tecnología 3D, de la obra de Peter Bruegel el Viejo, La Torre de Babel (1563), realizada por el arquitecto italiano Franz Fischnaller (71 años). Se aclara de manera explícita que el artista contó con la colaboración del Museo de Historia del Arte de Viena (donde se encuentra La Torre de Babel), la KHM-Museumsverband y el EuropIA Institute. 

El evento describe así esta apropiación digital del artista: “Se dedica a redefinir la narración de historias mediante el desarrollo de nuevas formas narrativas inmersivas que desafían los límites convencionales y atraen a las audiencias a experiencias transformadoras enriquecidas con perspectivas y dimensiones de múltiples capas. Con pasión por la innovación, Fischnaller está comprometido a revolucionar la narración de historias mediante la mejora de los procesos, las metodologías, la producción y la visualización. Su objetivo es maximizar el impacto de la narración de historias y establecer nuevos puntos de referencia para la experiencia del usuario”.

Si la imposibilidad de comunicación, la diversidad de lenguas, es el castigo por la construcción humana de una torre para alcanzar el cielo divino, parece que el arte digital se ufana de traer un único lenguaje para perpetuar nuevas visiones, interpretaciones e incluso reemplazar la historia humana. Ese es el riesgo, o vaticinio oculto, en la descripción de esta experiencia inmersiva. 

Ya no habrá público sino actores de un espectáculo, algo así como observadores premoldeados. Tampoco importará la experiencia sensible individual sino aquella que surge de la dirección del evento digital a través de estímulos y amplificación de detalles. Es decir, si Stalin borraba de las fotos a sus enemigos asesinados para modificar la historia, aquí avisan a quién van a eliminar de la ecuación del arte: a todos nosotros, lectores...